Un hallazgo de cerca de mil años e intacto, un descubrimiento “de primer nivel” para la arqueología de La Palma
El hallazgo fue realizado por Yeray Rodríguez, espeleólogo aficionado que se encontraba en el interior de un tubo volcánico en Villa de Mazo
Nada menos que 225 conchas marinas, y un hueso, formando hasta siete collares, envueltos en materia vegetal e intencionadamente ocultos, una hallazgo único de incalculable valor. Se trata de un hallazgo único al encontrarse intacto y en un lugar donde fue “colocado para no ser visto”, como ha explicado el arqueólogo y experto en conchas marinas, Eduardo Mesa. Un tubo volcánico, completamente a oscuras y en una grieta envueltos en materia vegetal, una intencionalidad que despierta el simbolismos de los primeros pobladores de La Palma. La datación de las piezas ha sido realizada por un laboratorio en Miami que ha establecido una antigüedad de cerca de mil años.
El estado en el que se encontraron y el simbolismo que rodea este hallazgo, lo dota de “un valor incalculable” tanto económico como patrimonial. “Tiene un valor arqueológico de primer nivel”, ha detallado Eduardo Mesa.
Ejemplo de cómo actuar
El hallazgo fue realizado por Yeray Rodríguez, espeleólogo aficionado que se encontraba en el interior de un tubo volcánico en Villa de Mazo. Relata cómo le llamó la atención unos restos de madera quemada. Se detuvo a observar con curiosidad y dio con un hueco en el que se topó con “unas conchas blancas y rojas”. Su afición a la arqueología y su profesión como técnico de laboratorio le hicieron ver que no debía tocar nada. Al salir de la cavidad y desde que recuperó la cobertura, dio aviso a un compañero que tenía contacto con el arqueólogo Jorge Pais. A Yeray Rodríguez le cuesta explicar las sensaciones que experimentó entonces, siendo conscientes de ser la primera persona en ver esos restos mil años después de haber sido depositados allí.
Esto abre nuevas vías de investigación sobre el pasado prehispánico de la isla. Un equipo arqueológico liderado por Efraín Moreno lo ha estudiado y datado con la participación del experto en conchas marinas Eduardo Mesa. Entre las singularidades de este hallazgo está su perfecto estado de conservación, intacto desde que fuera depositado en una grieta de un tubo volcánico de Villa de Mazo donde ha permanecido hasta nuestros días.
Detalle significativo
Otro detalle que lo hace significativo es que se encontraba en un lugar que ya había sido estudiado y conocido, así lo ha explicado el arqueólogo y jefe de la unidad de Patrimonio de La Palma, Jorge Pais, que había investigado un enterramiento en ese mismo lugar sin percatarse de esa joya de conchas que, por el lugar en el que se encontraba hace pensar que fue depositado allí de forma intencionada. Esto abre la puerta a múltiples posibilidades aún por conocer en la arqueología de La Palma.
Fue encontrado por el espeleólogo Yeray Rodríguez y es un ejemplo de cómo actuar en estos casos, no tocar nada y dar aviso a las autoridades. Y es que cualquier cambio en su estado, posición o entorno elimina información indispensable para su posterior estudio.
"La verdad es que impresiona"
Los arqueólogos Jorge Pais, Eduardo Mesa y Efraín Marrero, el consejero insular de Patrimonio, Pablo Cobiella así como el director general de Patrimonio del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo, llaman la atención sobre “lo fundamental de la participación ciudadana” a la hora de actuar y comunicar los hallazgos sin tocar ni alterar el lugar para no perder información imprescindible para estudiar su significado e historia.