Los más nostálgicos tienen la oportunidad de remorar la sensación que les provocaba sentarse frente al proyector de los Cines Monopol de Las Palmas de Gran Canaria gracias a Talleres Palermo. Desde hace unos días, todo aquel que se acerque a este especio multidisciplinar de Guanarteme podrá «tomarse una birra» sentado en una de las butacas de esta sala de cine de autor, que cerró en octubre de 2020. Ángel Fernández, que está al frente de esta vieja carpintería reconvertida en local de hostelería y coworking, ha confirmado en Hoy por Hoy El Drago que se «han hecho con tres de estos asientos al ver que estaban en venta». El responsable de Talleres Palermo resalta la importancia de esta adquisición, especialmente para los cinéfilos. «Es un recuerdo muy chulo para los que nos gusta el séptimo arte», señaló. Además, indicaba que también pone de reflejo la filosofía de este espacio, que no es otra que la recuperación de piezas antiguas de la mano de Polonium 209. En esto en particular tienen experiencia. Esta firma, nacida en 2014 «para recuperar mobiliario y objetos vintage fabricados entre la década de los 40 y los 80 en el entorno de las islas canarias», devolvieron su estética a «cuatro sillas estilo tulip de los 60» y a « un conjunto de cuatro sillas alemanas Strafor de acero inoxidable», que retapizaron en terciopelo. Según expresa Fernández, esta compra no sólo implica la recuperación de este mobiliario, sino que también tiene un sentido para todos aquellos que echan de menos el «otro» cine y se siente huérfanos en la ciudad tras el cierre de estas salas de pantalla grande. Los cines Monopol apagaron sus proyectores en octubre de 2020 después de que la pandemia les diera la estocada final. Tras superar malas rachas económicas, no lograron sobrevivir a las pérdidas que les ocasionó el cierre obligado por el COVID19, ni tampoco a los problemas de licencia de la sala ni a las idas y venidas con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Regentados por la familia Melo, fueron el único refugio del cine de autor en la isla. Desde que levantaron el telón en 1997 hasta su cierre, proyectaron verdaderas joyas que no podían verse en las grandes salas de cine comerciales. Pero eso no impidió que se perdiera una parte de la historia cultural de la capital, pero que ahora recupera Talleres Palermo. Peo, hay buenas noticias para los que añoran los títulos que proyectaba el Cine Monopol y que estaba ubicado en la Plaza de Las Ranas en el centro comercial que lleva su nombre. La familia, que en su día organizó el Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria y con amplia vinculación a la distribución cinematográfica, no tira la toalla y busca nuevo emplazamiento. Los contactos son lentos, pero están barajando nuevas opciones que permitan cubrir este hueco que no llenan las salas comerciales.