Autoenfermarnos, deporte nacional
El porcentaje de pacientes que acaba en urgencias por abusar del consumo de medicamentos es demasiado elevado para dejar pasar, sin más, el dato. Hasta un 12% de los ingresos hospitarios son consecuencia de esta mala cultura sanitaria, que no ha logrado revertir la restricción de acceso a muchos de ellos sin receta.
Algunos de los fallos renales y hemorragias digestivas; o la hipertensión, una insuficiencia cardíaca o un infarto, pueden derivar de este exceso tan español. De hecho, somos el país europeo que encabeza esta triste lista.
Los fármacos no son inacuos, basta con leer con atención sus efectos secundarios para pensarnos dos veces tirar de ellos cada vez que sentimos dolor o malestar. Aliviamos un síntoma sí, pero ponemos en riesgo nuestra propia salud por ese querencia a automedicarnos.
Si tanto temor tenemos a perder la salud, debemos empezar por sacar del botiquín de casa o del trabajo, o incluso del bolso, esos analgésicos que creemos que nos ayudan a soportar una enfermedad, y que en realidad la están provocando.