Sobre la dificultad de gobernar
Para acercar posiciones, PSOE y Junts celebraron el pasado fin de semana otra reunión secreta cerca de Ginebra, dentro de las previstas en la mesa de diálogo para la investidura sanchista. El PSOE envió a Cerdán a seducir nuevamente a Puigdemont, pero esta vez no fue bien. El PSOE pidió al jefe de Junts su apoyo parlamentario a la denominada ‘senda de estabilidad’, que se debate por el Congreso este jueves. Pero Puigdemont fue tajante y se negó a aceptar siquiera hablar del asunto. Lo más probable es que la senda de estabilidad sea rechazada por el PP, Vox y Junts, poniendo de manifiesto la incapacidad del Gobierno para gobernar. Miriam Nogueras y Jordi Turull, que también asistieron a la reunión en Suiza, respaldaron la posición de su jefe: “ahora no toca”, fue la respuesta. La situación es cada vez más compleja, porque Junts interpreta que el Gobierno no ha cumplido ni con la amnistía ni en la elección de Puigdemont como president. Y además se puede perder el respaldo de Esquerra, por la dificultad evidente en sacar el concierto, lo que llevaría a la incapacidad de Sánchez de aprobar prácticamente nada en el Congreso. Ni senda de estabilidad, ni techo de gasto ni presupuestos. Un bloqueo absoluto que debería llevar al Gobierno a convocar nuevas elecciones. Pero Sánchez –de momento- asegura no estar en absoluto por la labor. Por eso habló de gobernar sin el Congreso, una afirmación inaudita en un demócrata. Es difícil que -aún queriendo- , pueda hacerlo. Un Gobierno incapaz de gobernar acaba cayendo por su propio peso.




