"Llegan en pateras llenas de orines y heces y con la piel despegada del cuerpo": la ruta canaria contada por los sanitarios

Santa Cruz de Tenerife

El drama de la ruta canaria de la migración, que ha traído hasta estas costas a más de 27 mil personas en lo que llevamos de año también tiene que ver con las pastillas que se toman los que arriesgan su vida subiéndose a esas embarcaciones precarias para paralizar los intestinos durante los días que dure la travesía. Tiene que ver con los bebés que nacen en medio del mar, con los que mueren y tiran por la borda delante de sus madres. Todas ellas son situaciones que soportan los equipos de emergencias que han participado en un nuevo Encuentro SER con la intervención de la Consejera de Bienestar Social, Candelaria Delgado.

Drama político

El avance de este drama está directamente relacionado con las decisiones políticas. El Gobierno de Canarias sigue pidiendo por todas las vías posibles la colaboración y la ayuda del Gobierno central que por el momento, la Consejera de Bienestar Social, Candelaria Delgado asegura y lamenta que el compromiso viene antes de Europa. A todo el esto, Delgado se reafirma en que el problema está en la voluntad, "nosotros hacemos un protocolito de nada y nos llevan al constitucional, si pusieran todos los esfuerzos que ponen en ese recurso del constitucional en hacer la reforma legislativa ya lo hubiéramos tenido hace 9 meses". La actitud del ejecutivo regional es "seguimos anhelando unir esfuerzos" y comparándose con otros territorios que han acogido migrantes, "Canarias no pide menos que lo que pide Lampedusa en Italia o Grecia".

Según los datos expuestos por la Candelaria Delgado tan solo en lo que va de año han llegado a las islas alrededor de 2.500 menores no acompañados, una cifra que hace que aumente el número total de menores tutelados por el Gobierno de Canarias hasta 5.400. Además la evolución por años de las llegadas ha demostrado que ha aumentado en los últimos 10 años de recibir 43 menores en 2014 hasta 2.400 en 2024. Menores de los que un 37% proceden de Senegal, un país del que ven obligados a huir. "Es difícil explicar a esos niños que no les vamos a poder brindar el futuro que esperan, por el que sus padres los pusieron en esas pateras", asegura la Consejera.

Drama humanitario

Desmontar bulos. Así es como Noemí González, directora regional del Servicio de Urgencias Canario empezó su intervención, "no llegan como se ven en las imágenes con su móvil, su chándal, pues no, llegan en pateras de hasta tres plantas hacinados con los fondos llenos de agua, orines, heces, menores, adultos". La directora se une a la reivindicación del gobierno canario porque coincide en la necesidad de recursos, "en el sistema sanitario una catástrofe se define cuando un suceso supera tus capacidades, y a lo que nosotros nos sucede día a día y va aumentando las capacidades que tenemos".

Las historias personales de las que Noemí González ha podido ser testigo son innumerables y desgarradoras. Madres desesperadas en busca de su bebés a los que han dado a luz en alta mar y que ahora no encuentran o el terror de una madre que está en el hospital y que al comunicarle que su hija ha fallecido pide una foto porque viene de un país en el que lo habitual es que la secuestren para trata de blanca. Entre las últimas pateras a las que González vio llegar a El Hierro hace 15 días, se encontró con situaciones como "Vi gente con perforaciones digestivas , un abdomen en table, una frecuencia cardíaca de 150, 14 días sin ir al baño y la gente se lo toman como algo normal". Una ruta tan peligrosa, que la directora asegura, que llegar muchas veces es una suerte aunque lleguen inconscientes o en estado crítico.

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Entre las historias personales, es especialmente desgarrador escuchar en palabras de la Directora de Urgencias de Canarias cómo una señora tras pisar el muelle en El Hierro lo primero que preguntó fue "¿dónde está mi bebé?" porque dio a luz en la patera y al llegar no lo encontraba, algo que González explica que probablemente cayó por la borda. Personas asistidas por profesionales que tratan lo más humanamente posible a las personas que llegan a pesar de no tener los recursos necesarios.

Otro de los problemas a los que se enfrentan es explicarle a las padres de las niñas que aquí está prohibida la mutilación femenina, una práctica que a veces es frecuente en sus países de procedencia. "Tenemos que tener humildad cultural, nosotros no les imponemos nuestra cultura pero hay que hacerles entender que hay cosas de su cultura que aquí son delito, se les hace firmar un papel", el trabajo multidisciplinar que asegura la directora que es indispensable para que se integren en nuestra cultura y en nuestras leyes.