Opinión

Sobre la imputación de García Ortiz

EL ENFOQUE 17 OCTUBRE

El último bulo de la oposición, la última falsedad de los pseudomedios es que el Gobierno atraviesa por dificultades: debe ser mentira esa especie de que el Supremo ha decidido imputar al Fiscal General del Estado por presionar a los fiscales, dar órdenes para “ganar el relato” y enviar a algunos medios una nota con los datos de la investigación al novio de Ayuso. ¿Pero cómo va a haber sucedido tal cosa? Si el Supremo hubiera imputado a García Ortiz, sin duda este habría presentado inmediatamente su dimisión, para evitar una crisis institucional sin precedentes.

Pues vaya, resulta que no es un bulo. Resulta que es verdad. Es cierto que el Fiscal está imputado, que no dimite y que el ministro de Justicia, defiende muy convencido esa decisión del Fiscal. “¿Puede ser delito contar la verdad?”, se pregunta el ministro tras explicar el caso. El ministro asegura que lo único que hizo el Fiscal fue “desmentir un bulo”, el de que el ministerio público había ofrecido un pacto a la pareja de Isabel Díaz Ayuso, cuando según el ministro fue al revés. García Ortiz ha anunciado que seguirá en el cargo porque cree que su continuidad “es lo menos gravoso y más prudente para la institución a medio y largo plazo”. El Supremo, en cambio, ha visto de modo unánime, indicios de ilegalidad en la actuación del Fiscal, suficientes para abrir una investigación penal. Nunca un Fiscal General del Estado fue acusado en España de cometer un delito.

Sin duda, tiene derecho a la presunción de inocencia. Como la tiene Ábalos, aún sin estar imputado, pero ya liquidado preventivamente por Pedro Sánchez, para dar ejemplo o para crear un cortafuego, según versiones y bulos.

El Fiscal sí está imputado, pero se mantiene en su puesto. No es un bulo. Es más bien una curiosa contradicción.