Sobre los presupuestos de Canarias
EL ENFOQUE 23 OCTUBRE
01:50
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1729677837589/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
El anteproyecto de ley de presupuestos será aprobado por el Consejo de Gobierno de Canarias en su próxima reunión, con un crecimiento del 3,3 por ciento, en lo que la consejera de Hacienda ha calificado como una situación de “redoblada incertidumbre”. ¿Y en que consiste esa incertidumbre? En principio tiene que ver con la ausencia de certezas sobre qué pasará con las cuentas del Estado, si acabarán siendo aprobadas, o el Gobierno de Pedro Sánchez se verá obligado a volver a prorrogarlas, una posibilidad en absoluto desdeñable.
Se trata de incertidumbres por la situación política española. Pero hay otras incertidumbres tan o más preocupantes que las que afectan al bloqueo parlamentario del Gobierno Sánchez. Los medios reflejaron estos días diversas interpretaciones sobre el poderío económico español, sobre la supuesta pujanza de nuestro PIB. Funcas elevó su previsión de crecimiento para este año en medio punto más de lo que había anunciado en su anterior estimación, el pasado mes de julio. Sin duda se trata de buenas noticias, pero los propios expertos de Funcas alertan de que ese crecimiento se debe sobre todo a una contribución mayor del consumo de las Administraciones, que va dispara hasta un 3,8 por ciento, mientras el consumo privado sigue estancado. El arrastre que supone para el PIB el gasto público alegra el crecimiento, pero el país se enfrenta para 2025 a un agujero fiscal que rondará los 8.000 millones, también según Funcas, y que, en un contexto de contención obligatoria del déficit, obligará al Gobierno a establecer una presión fiscal mucho mayor. En 2025, con prórroga de las cuentas o con cuentas nuevas, el Gobierno gastará más dinero –lo está haciendo ya este año, a pesar de no haber modificado los presupuestos, y los españoles tendremos menos dinero en nuestros bolsillos. La tendencia seguirá siendo más consumo público y menos consumo privado. Un gobierno más rico y una clase media más empobrecida.