El problema de vivir en el quinto pino
Juan Carlos Castañeda, comentario 06 de noviembre
02:52
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Santa Cruz de Tenerife
El problema de vivir en el quinto pino, como le sucede a estos ochos riscos en el Atlántico, es que nuestros problemas son de difícil comprensión por parte de las mentes mesetarias y también de las que manejan los hilos de la economía europea.
La situación anterior empeora cuando se producen circunstancias en la que nuestros peñascos son meros sujetos pasivos de hechos que se desarrollan a decenas de miles de kilómetros. Así que vayámonos preparando para las consecuencias indirectas-directas que podrían derivarse de la victoria de Donald Trump en los comicios estadounidenses por aquello del consagrado mantra de la globalidad.
O tal vez sirva de mejor ejemplo, aquella afirmación que sostenía que “cuando en Madrid hay gripe, en Canarias se desata una pulmonía”. De momento toca esperar a conocer cuántas vueltas de más le darán a los artilugios que endurecen las condiciones de estar sujetos al potro de tortura que son las condiciones económicas en las que viven la mayoría de las familias canarias.
Démosle, pues, tiempo al miedo que nos harán sentir para que sigamos dócilmente afuchados bajo el palo que impide rechistar porque esto se puede poner peor.
Mientras tanto, en la World Travel Market, Tenerife sigue ganando con claridad la batalla de la invasión turística de nuestra isla por parte de los descendientes de Horacio Nelson, y además, en Londres se ha anunciado la reapertura para el mes de abril, del Hotel Taoro de lujo en el Puerto de la Cruz, y ya me veo caminando por los jardines del parque, falto de una buena mano, con la condición de jubilata que entiende pocas cosas de estos tiempos que corren.
Y es que allá y aquí pasan cosas tan raras como que el SEPRONA haya descubierto un piso en Santa Cruz convertido en un zoológico con un montón de bichos dentro... No cabe considerar como tales a los cuñados que sueltan sus teorías sobre la DANA que sembró muerte y desolación en Valencia.
Ahí no queda la cosa, sino que ahora Endesa investiga el estado de 500 arquetas para determinar su estado después de que se produjera la muerte de un perrito por una supuesta descarga eléctrica.
Puesta en esas averiguaciones, bien podría Endesa aclarar por qué tantos municipios de nuestra isla parecen estar con los plomos fundidos desde hace un puñado de años... Un favor se le hace a cualquiera.
A los bichos inquilinos del zoológico inmobiliario, los han acomodado en la Fundación Neotrópico. Creo que los podrían haber llevado al Parlamento autonómico, o tal vez sería mejor hacerlo al revés. Los del Parlamento para el Neotrópico... Perdonen que no me aclare, pero es lo que tiene el peso y el paso de los años.