Moción de mesura
COMENTARIO CASTAÑEDA 22 NOVIEMBRE
“Vaya inventada”, responde Pedro Sánchez a la descarga realizada por Víctor de Aldama, uno de los supuestos cabecillas del caso Koldo, que ayer, tras un rato de recreo en el talego, acusó a medio PSOE de poner la mano o de pedir pasta por diversos negocios presuntamente orquestados en la sombra.
El tal Aldama, que debe ser un hombre recto y honrado, por cargar contra los socialistas casi llega a involucrar en la niebla de la corrupción a Indalecio prieto y Besteiro.
Lo cierto es que mientras escucho en la radio la fusilería disparada por el tal Aldama, me voy poniendo nervioso porque en estos momentos es tal la maraña que envuelve a la democracia española, que ya me pierdo ante la duda de mantener la presunción de inocencia o claudicar ante la sensación de que esta generación política en general es la peor lacra que le ha caído a este país en los últimos 50 años.
Con la inquietud de fondo y pendiente de la aportación de pruebas o no de las acusaciones vertidas por el tal Aldama, me viene a la cabeza aquella canción que más o menos decía “tu retratito lo llevo en mi cartera”, porque la izquierda ha tenido la foto en una lancha de Feijó con un señor del que dijeron que tenía una fábrica de polvos talco como la prueba irrefutable de la inmoralidad de la derecha, y ahora la derecha tiene la foto de sánchez saliendo de un ascensor con Aldama como la prueba del nueve o, del diez por ciento, de la corrupción innegable de los del puño y la rosa.
El PP pide moción de censura, Pedro Sánchez y los suyos resisten ganando votaciones que se daban por perdidas, mientras que somos muchos los españoles que pedimos una moción de mesura, porque la elasticidad de la democracia terminará reventando con tanta actuación irresponsable de unos y otros.
Ahora toca esperar a conocer y si el tal Aldama es solo un can ladrador o mordedor a tenor de las chascadas que dice haber dado con los socialistas, y en la que incluye la no concretada de Ángel Víctor Torres del que afirma pidió 50.000 euros por prestarse al negocio sanitario insano.
La verdad es que con toda esta pestilencia tan aromática como el abono de gallináceas que envuelve al valle de La Orotava, a uno, mirando a babor y estribor le causa estupor como la presunción de culpabilidad lo enfanga todo en este país.
con todo esto desaliento prefiero quedarme con que el Tenerife gana el domingo en Albacete... menuda inventada, aunque espero que no lo sea.