Sobre la reubicación de jóvenes migrantes
EL ENFOQUE 27 NOVIEMBRE
A pesar de la negativa de Miguel Tellado a que el PP participe en la negociación para la reforma de la Ley de Emigración, el vicepresidente canario, Manuel Domínguez, aseguraba ayer tarde que el PP se reincorporará a las negociaciones, no éste jueves, pero sí probablemente en unos días. Es difícil saber que ocurrirá al final, pero en todas partes cuecen habas: mientras el ministro Torres considera absurdo solicitar la ayuda de Europa si no se manifiesta previamente la solidaridad en España, el secretario de Estado de Juventud e Infancia del Gobierno Sánchez, Rubén Pérez, defendía ayer en Bruselas que gran parte de los niños y jóvenes emigrantes que llegan a Canarias pueden recibir acogimiento y protección internacional, tanto en Europa como en terceros países.
La posibilidad de desplazar el acogimiento de parte de los menores a terceros países es precisamente una de las apuestas más polémicas realizadas por Fernando Clavijo tras regresar de su primer viaje a Marruecos, en octubre pasado. Después de unos días de encuentros en Rabat, Clavijo dejó caer la posibilidad de acogerse a los mecanismos que establece la actual Ley de Extranjería, sin necesidad de modificarla, y que permiten la reubicación de jóvenes en sus territorios de origen o en terceros países, en instalaciones controladas por el Gobierno de Canarias. Cuando lo planteó, a Clavijo le cayó la del pulpo: fue tildado en algunos medios de cómplice de los delirios de la señora Meloni, de ignorante y de racista.
También de racista. Es sorprendente la facilidad con la que en este país te endosan un calificativo perverso a la mínima que te sales de la senda oficial o planteas algo que no se les ha ocurrido a los woke antes. Pero es que no han pasado aún dos meses, y la propuesta de Clavijo es ahora asumida y defendida por la Secretaría de Estado de Infancia y Juventud. Quizá no fuera tan delirante y disparatada como se afirmó desde el coro de sospechosos habituales. En fin, que si no hay forma de reformar la Ley de Extranjería, porque el PSOE y el PP siguen empeñados en no dar su brazo a torcer, habrá que plantear ideas nuevas. La de reubicar a los chicos más cerca de sus familias, bajo el control de funcionarios canarios, no parece necesariamente una fórmula a desechar. Por lo menos, sin haberlo intentado.