Sobre el informe de la Audiencia de Cuentas
Ayer fuimos obsequiados por otra ración de cinismo superlativo: los grupos parlamentarios socialista y Nueva Canarias, los que votaron para que no se aprobara el informe de la Audiencia de Cuentas, ese informe que denuncia lo que estaba ocurriendo con las compras de mascarillas y epis, acusaron a la misma Audiencia de actuar con “intencionalidad política” al presentar el informe.
¿Hace falta recordar que fueron esos dos partidos que entonces controlaban el Gobierno los que bloquearon con su voto que la Audiencia señalara la existencia de once contratos de más de dos millones de euros que no fueron sometidos a la autorización del Gobierno, para evitar al Gobierno cualquier responsabilidad? ¿Qué en 35 contratos no se justificó ni el gasto ni tampoco su emergencia? ¿Qué se autorizaron dos libramientos ‘a justificar’ por dos millones cada uno a la empresa RR7, el segundo reactivando el contrato después de que el primero fuera resuelto por incumplimiento? ¿Qué aquella broma nos costó cuatro millones de euros a todos los canarios? ¿Qué a pesar de lo que dijo en sede parlamentaria la presidenta del grupo socialista, Nira Fierro, ese dinero ni se ha recuperado ni se va a recuperar? ¿Conviene recordar que una de las empresas señaladas en el informe de la Audiencia sobre fiscalización de las compras durante la pandemia, fue Soluciones de Gestión, el tinglado corrupto de Koldo García, Víctor de Aldama y el ministro José Luis Ábalos? ¿Que otra de las empresas fue Innjoo Technology S.L., liderada por el empresario chino Chen Shouting, que facturó 45,6 millones de euros a las mismas administraciones públicas españolas a las que facturaba el tinglado de Koldo? Sí, al ministerio de Transportes, a Puertos del Estado, a Adif, al gobierno balear y el Gobierno floral canario. ¿Qué sólo Innjoo –declarada en quiebra al acabar la pandemia- facturó al Servicio Canario de Salud la décima parte de todo lo que se compró para frenar el Covid?
Hay que tener un rostro diamantino para pretender darle la vuelta a las cosas, pero los hechos no cambian. Se gastaron millones enriqueciendo a Koldo, Aldama, Tapia y socios. Y a otros más.