Nueve años de cárcel para los tripulantes de una embarcación con 119 kilos de cocaína que hizo escala en Tenerife

Santa Cruz de Tenerife

La Audiencia Nacional ha condenado a nueve años de cárcel a cada uno de los cuatro tripulantes detenidos en una embarcación que hacía escala en el puerto de la Marina Amarilla Golf, en el sur de Tenerife, donde fueron intervenidos 119 kilos de cocaína. Igualmente, se le imponen a los encausados el pago de dos multas que en total suman 110.600 euros, pese a que los cuatro se han declarado insolventes.

En su último viaje, el barco tenía pabellón búlgaro y partió desde el país caribeño de Santa Lucía sin declarar cuál era su tripulación, ni su próximo puerto de escala, navegando hasta el norte de Surinam, también en América del Sur. A continuación merodeó un enclave conocido por ser un lugar de tráfico e intercambio de cocaína y cambió el rumbo hacia España.

Una vez abordado el barco, el 23 de mayo de 2023 en el puerto de Amarilla Golf, fue trasladado a Las Palmas de Gran Canaria tras descubrir en su interior cincuenta fardos y dos teléfonos satelitales. Entonces fueron detenidos los cuatro tripulantes y dado el mal estado de la embarcación se procedió a su hundimiento.

Usaban de forma habitual la ruta del sur de Tenerife

En principio la Fiscalía solicitaba 12 años de prisión y el pago de las dos multas por la cantidad mencionada, aunque luego aceptó rebajar la pena a nueve años. Las investigaciones de la Brigada Central de Estupefacientes de la agencia británica comunicó la existencia de un grupo criminal que tenía base en España, Brasil, Bulgaria y el Caribe que usaba de forma habitual la ruta de Alicante y del sur de Tenerife, desde donde se trasladaban con bandera búlgara a Belem, en Brasil.

A este último puerto accedían con bandera de pabellón de Estados Unidos para luego partir con un nombre diferente hacia Trinidad y Tobago, y llegar a Santa Lucía en abril de 2023 navegando hacia Surinam, donde se acercó a otro velero. A partir de aquí se dirigió al norte de España y ante las sospechas de que llevaba una carga de cocaína se autorizó el abordaje, inspección y registro del velero, que medía 16 metros de largo y 4 de ancho, sin ningún tipo de pabellón y en mal estado.

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En una primera inspección se detectó la existencia de un gran número de fardos, se procedió a la detención de los cuatro tripulantes y su traslado a Las Palmas de Gran Canaria, donde se analizó la carga y comprobó que se trataba de cocaína con una pureza del 87%. Durante el juicio, los cuatro detenidos confesaron de forma voluntaria.