El Dreamland Gran Canaria acaba arrollado en Lleida (88-78)

Las Palmas de Gran Canaria

El Hiopos salió en modo huracán. En la pista sólo sonaba la música del equipo local. No estaba contento Lakovic con la el arranque de los suyos, muy dubitativos y sometidos a la intensidad del rival (16-7, minuto 5). El técnico esloveno pidió tiempo muerto porque el asunto pintaba a chorreo. Thomas Bropleh, que había anotado once puntos en cinco minutos, tenía enfrente a una defensa invisible. No hubo reacción de los amarillos, y el cuarto finalizó con 26 a 15..

Necesitaba muchas cosas el Gran Canaria para enderezar el partido. Pero el inicio del segundo parcial siguió bajo penumbras (31-15). Se requería rebote, acierto y defensa. Nada de eso aparecía. Mientras, Van der Vuurst fusilaba a base de triples. Thomasson y Salvó eran los que más intención tenían en tirar del equipo, pero los triples del Lleida aparecían como cortafuegos a la reacción amarilla. La primer mitad finalizaba con el marcador señalando un 45 a 34.

Finalizado el descanso, la pesadilla continuó. El Dreamland multiplicaba sus pérdidas y el conjunto catalán seguía haciendo daño desde el tiro exterior. A base de triples el Lleida dominaba el escenario. Sus porcentajes eran del cincuenta por ciento. Por contra el ataque del Gran Canaria se mantenía en mínimos (71-52, minuto 30)

El último cuarto ya eran una pendiente imposible de escalar para el conjunto amarillo. Sin fe en la reacción, su rival fue manejando el juego con la corriente a favor. Un horroroso partido del Gran Canaria, que salió con su prestigio hecho jirones del Pabellón Barris Nord.