Soberbia machista

¿Es un exceso juzgar a Rubiales por un beso? El día de autos, cuando el equipo regresaba, triunfal, de ganar el Mundial, Jenni Hermoso fue requerida en el autobús y en el avión para que reconociera que había consentido 'el piquito'. Y al no conseguirlo, cargó contra ella y el feminismo en un discurso ante la asamblea de la federación de fútbol en el que quedó aún más patente su soberbia machista. En el juicio que ahora se celebra, año y medio después, la jugadora recordó que ser jefe no da derecho a besar a ninguna empleada. Seguro que a partir de ahora los 'rubiales' de otras empresas se lo pensarán dos veces antes de excederse con las mujeres que trabajan para ellos.