Una derrota colectiva
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La mirada de Marta Cantero: derrota colectiva
No hay mayor fracaso para una sociedad que la ausencia de esperanza de su juventud. Y que una parte de ella opte, sencillamente, por quitarse de en medio. Es un drama familiar, pero también una derrota colectiva.
Porque podemos autoengañarnos todo lo queramos, pero los índices de suicidio de menores, adolescentes y veinteañeros no pueden, de ninguna manera, ser aceptados como normales. Produce por ello cierto espanto oír a los docentes pedir, entre dignos e impotentes, que nos les carguemos con la responsabilidad de sus alumnos suicidas.
Siento discrepar profundamente. Se asume, con demasiada frecuencia, que en esas tiernas edades las personas solemos ser abusadores frente a vulnerables. Y no hace falta ser psicólogo o psiquiatra para observar detenidamente en las aulas el doloroso penar de un abusado. Y esta es la principal causa por la que no quiere vivir parte de su alumnado.
Claro con los docentes son responsables. Lo somos todos. Por conocer la realidad, limitarnos a arrugar el ceño y, ante cada caso, autoexculparnos.

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




