Construir en seis meses

Cada vez que hablamos de los problemas no resueltos que arrastramos lustro tras lustro, surge la duda de si cabría hacer las cosas de otra manera. O simplemente vivimos atrapados en una maraña de ineficiencia. Y de repente alguien apunta un camino que hasta ahora ni habíamos vislumbrado, pero que ya es parte de la solución en otros lugares.

Ocurre en Canarias con varios temas, por ejemplo la capacidad de generar energía geotérmica, es decir la derivada de nuestra naturaleza volcánica. Otra es la construcción, un sector convencional que requiere demasiada extracción de áridos, mano de obra que no encuentra y promociones que se eternizan. Todo ello en plena emergencia habitacional.

Especialmente en el norte de Europa, pero también en otras comunidades autónomas, se están salvando estos obstáculos con la prefabricación. Se llama construcción industrial: el montaje en cadena de lugares para vivir, con diseño a la carta, duraderos y sostenibles. No son ni contenedores ni cabañitas de maderas, son viviendas y edificios en toda regla que se construyen en meses. Que todavía Canarias esté en pañales en su desarrollo no lo explica solo la distancia geográfica o el coste de los transportes. La miopía público-privada nos ha impedido vislumbrar hasta ahora otro camino.