“Daba vueltas como una lavadora llena de piedras”: el testimonio de los supervivientes a una ola en Garachico
Un padre y su hijo cuentan la historia tras sobrevivir a una ola que les alcanzó durante un episodio de mala mar en Garachico en el año 2003.

Entrevista completa a José Hernández y Alejandro Hernández, supervivientes a una ola en Garachico
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Santa Cruz de Tenerife
José Hernández y Alejandro Hernández son los nombres de los supervivientes a una ola durante un temporal marítimo en Garachico. Imagínese estar en la calle y que de repente una ola le lleve por delante. Podríamos estar hablando de una película, pero es lo que le pasó a un padre y su hijo. Nos remontamos al año 2003. El mar atravesó el campo de fútbol y llegó a la calle del convento, donde rompió el muro y los sepultó.
Su hijo le salvó la vida. Fue en abril de hace 22 años, cuando José era coordinador municipal de Deportes y recibió la llamada de un compañero. Las olas se habían llevado parte del césped del campo de fútbol, inaugurado medio mes antes. Cuando acudió a supervisar, una ola lo arrastró, sin apenas darle tiempo a correr: "Se rompió el muro y cuando el mar me llevaba por la acera, arrastrándome, el muro me cayó encima, y ahí quedé, entre el muro y el coche, y gracias al coche no me aplastó."
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José Hernández: "La ola rompió el muro del campo de fútbol"
"Corran porque de aquí no escapamos", es la frase que dijo José cuando, revisando el campo de fútbol, se percató de la gran ola que tenían detrás de ellos. "No se veía nada, ni el roque, solo se veía mar", explica José. "Fueron dos olas que subieron de repente, y una nos cogió a nosotros."
Ola de más de 10 metros
Todo sucedió en apenas dos minutos. No les dio tiempo de resguardarse en ningún lugar. "Fíjate si la ola era grande que superó la altura de los focos que alumbran el campo de fútbol, que son unos 15 metros."
Alejandro, que en ese entonces tenía 23 años, salvó a su padre. "Cuando llegó la ola, la presión del agua era tan grande que acabó rompiendo el muro", explica el hijo. "Debido a mi experiencia con la mar, me hice una bolita, en posición fetal, y me dejé llevar".
"No hacía pie en la calle"
Añade el hijo que se sintió como una lavadora: "es como si me metieran en una amasadora con piedras, dando vueltas y todo golpes, aguantando la respiración hasta que pude". Explica que cuando sacó la cabeza, en plena calle, no hacía pie.
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Alejandro Hernández: "Salvé a mi padre"
Después de buscar a su padre, pensando en que el mar podría habérselo llevado, por pura casualidad lo encontró debajo del muro. Como pudo, Alejandro levantó a su padre, que tenía varios huesos rotos, y lo llevó a un lugar seguro. Ambos agradecen que dos amigos asistieran en ese momento a su auxilio.
"Nunca le des la espalda al mar"
Tras una larga recuperación de más de 45 días en el hospital, la reflexión tanto del padre como del hijo es la misma: "Nunca le den la espalda al mar y aléjense cuando esté bravo, porque nunca sabes cuando una ola puede acabar con tu vida."
Temen que un episodio parecido vuelva a ocurrir a consecuencia de la inconsciencia de la gente, muchos de ellos turistas, que se saltan las medidas de seguridad para sacar una foto cuando hay fenómenos costeros adversos.

Lucía García
Periodista graduada por la Universidad de La Laguna. Soy redactora en Radio Club Tenerife y suelo cubrir...




