Sobre las declaraciones de Montero
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El enfoque de Francisco Pomares
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha absuelto recientemente al futbolista Alves del delito de agresión sexual, revocando la condena previa impuesta por la Audiencia de Barcelona. La absolución se basa en la consideración de que el testimonio de la denunciante no es suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado. La decisión judicial ha provocado todo tipo de reacciones, entre ellas quizá la más impactante, la de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, la señora Montero, que la calificó como “una vergüenza”. Su declaración ha sido criticada por la oposición conservadora, que ha pedido la dimisión de la ministra, pero también ha sido unánimemente rechazada por asociaciones de jueces y fiscales, tanto de derechas como de izquierdas, exigiendo respeto a las decisiones de los tribunales y a la independencia judicial, y pidiendo a los políticos que se abstengan de hacer declaraciones que minen la confianza en el sistema judicial.
Un miembro de un Gobierno que crea en la separación de poderes, más si es la segunda autoridad de ese Gobierno, no puede hacer lo que ha hecho Montero. Puede legítimamente discrepar, criticar, incluso proponer más cambios legislativos. Pero no puede cuestionar de forma directa y sin fundamento jurídico una sentencia que sostiene la presunción de inocencia. Este incidente desgraciado pone de manifiesto la tensión existente entre la protección de los derechos de las víctimas y la garantía de la presunción de inocencia para quienes son acusados. Es urgente que las instituciones recuperen el equilibrio y respeten ambos principios, evitando declaraciones que socaven la confianza en el sistema judicial y asegurando que las leyes destinadas a promover la igualdad no comprometan derechos fundamentales.
El trumpismo es altamente contagioso. Y este país ya padece muchos de sus vértigos: recuperemos el esfuerzo de dialogar, argumentar, defender opiniones sin caer en el insulto o la descalificación, solo porque no estamos de acuerdo con lo que piensan, hacen o sentencian, los que no sienten igual que nosotros.




