¿Responsabilidad docente por acosos?

Se resiste el profesorado a asumir responsabilidades jurídicas por los casos de acoso en sus aulas. Insisten en que ya hay protocolos de prevención que se activan correctamente si se detecta cualquier abuso. Y lamentan que se les quiera culpabilizar a ellos. Y es cierto que hay protocolos, pero no siempre responden adecuadamente.

Sostiene, por su parte, la confederación de padres y madres que falta diligencia en algunos centros para detectar los indicios de abusos entre el alumnado. Y ello lleva a una desprotección de las víctimas. Y también esto debe ser cierto cuando una adolescente se ha suicidado hace apenas un mes en Canarias por sufrir acoso; y otras tantas familias cuentan que sus denuncias no tienen recorrido en demasiadas ocasiones. En algunas se les da como única solución cambiar a la víctima de centro.

El tema es demasiado grave para que nadie se quite la responsabilidad que le toca de encima. La existencia de un protocolo no garantiza por sí mismo la protección adecuada si falta, o se retrasa, la necesaria reacción docente.

Así que asumir resposabilidades jurídicas, si se demuestra que ha habido dejadez por parte del centro, no parece ningún disparate por mucho que alarme a quienes deben proteger a esos niños en sus clases.