ACNUR reclama medidas urgentes para proteger a los menores refugiados en Canarias
Más de la mitad de los 576 menores entrevistados por ACNUR en Canarias podrían necesitar protección internacional, pero no están accediendo al asilo por falta de coordinación institucional

Entrevista a Margarita de la Rasilla, portavoz de ACNUR para la infancia
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Las Palmas de Gran Canaria
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pide a las autoridades estatales y regionales de las Islas que refuercen la protección de los menores no acompañados que llegan a Canarias, muchos de los cuales podrían ser refugiados y no están recibiendo la atención específica que requieren. Con el reciente auto del Tribunal Supremo, que obliga al gobierno central a garantizar el acceso y permanencia en el Sistema Nacional de Acogida de Protección Internacional de más de 1.250 menores migrantes no acompañados, que se encuentran bajo la tutela de los servicios de protección de Canarias y que han solicitado asilo o manifestado su intención de hacerlo, ACNUR recuerda que estos niños y niñas tienen derecho a solicitar asilo y a ser atendidos desde un enfoque de infancia y protección internacional. “Llevamos mucho tiempo reiterando la preocupación por la situación de los niños y niñas en Canarias, porque entre ellos hay un número importante de niños refugiados que necesitan una atención específica que, en las condiciones actuales, no están recibiendo”, ha señalado Margarita de la Rasilla, portavoz de ACNUR para la infancia.
"Celebramos que haya habido un acuerdo, al menos, entre algunas partes para buscar una solución a esta cuestión", señala la portavoz en referencia a la convalidación este jueves del real decreto ley que permite la modificación de la ley de extranjería. Pero, entre febrero y abril de 2024, ACNUR entrevistó a 576 menores en 37 centros de acogida del archipiélago. Según los datos recabados, más del 55 % podrían necesitar protección internacional. “En este estudio concluimos que más de la mitad de los niños entrevistados podrían ser refugiados por las historias que nos están contando”, explicó de la Rasilla. “Aunque no podemos extrapolar los resultados al total, hay indicadores muy claros: por ejemplo, hablamos de aproximadamente 1.400 menores malienses, y como saben, en Malí hay un conflicto desde 2012. Cualquier persona procedente de Malí, no solo menores, suele recibir protección internacional en España”.
ACNUR también advierte de la existencia de casos especialmente delicados entre las niñas. “Nos estamos encontrando con relatos clarísimos de niñas refugiadas por violaciones graves de derechos relacionados con el género”, alertó la portavoz. La organización considera prioritario que las autoridades competentes trabajen de forma coordinada, especialmente en un contexto de saturación como el actual. “El paso que se ha dado con el auto del Supremo entendemos que ha tenido mucha complejidad, pero en todo caso celebramos que haya habido acuerdo al menos entre algunas partes para buscar una solución a este problema”, valoró. “Esperamos que las autoridades responsables, tanto de asilo como de protección de menores, colaboren y busquen una solución específica para estos menores”.
Desde ACNUR se insiste en que la situación de sobreocupación en los centros no debe justificar una respuesta deficiente. “Se trata de una situación excepcional. El Supremo lo dice muy claramente: ante una saturación que impide abordar adecuadamente las necesidades de este colectivo, deben intervenir como medida de apoyo las autoridades estatales, que son las competentes en materia de asilo”, añadió.
La portavoz también hizo una reflexión sobre la desigualdad en la respuesta humanitaria según el origen de los menores. “Es cierto que con la población de Ucrania, y en particular con los niños y niñas, hubo una sensibilidad enorme por parte de toda Europa. Esa misma sensibilidad no la estamos viendo en el caso de personas procedentes del continente africano”, criticó. “Probablemente tenga que ver con un desconocimiento. Por ejemplo, Malí sufre un conflicto tan grave como el de Ucrania. Sin embargo, la respuesta no ha sido la misma. No estamos viendo soluciones rápidas, eficaces y solidarias con estos niños”.




