La dependencia, en su laberinto
La población canaria se hace cada vez más mayor, taponando los ya saturados servicios sociales. Y la solución, legislatura tras legislatura, sigue sin vislumbrarse claramente. Cada responsable político que llega maquilla los datos para no salir mal en la foto, pero la foto sigue siendo la que es: aumentan a velocidad de crucero los casos de dependientes a evaluar y a cuentagotas, los valoradores. No hay personal suficiente para gestionar lo que ya comienza a ser una avalancha y tampoco se toman decisiones para cambiar las estructuras. O aprovechar otras ya existentes. Por ejemplo los informes de los médicos de Atención Primaria como primer filtro. No debe ser una medida tan disparatada cuando la defiende la Diputación del Común, tras un contunde informe que sigue sacando los colores a nuestros gestores.
La falta de diligencia de los Gobiernos en materia social clama ya al cielo, tanto el Ejecutivo autonómico, como la mayoría de cabildos insulares y corporaciones municipales. La administración, cuando quiere, busca atajos. Por ejemplo, declarando emergencias. Quizá le toque el turno a la emergencia social, antes de que los nacidos en el baby boom terminemos por atascar los hospitales definitivamente ocupando camas con alta por no tener una forma más digna de despedirnos de este mundo. Como le ocurre ya a un millar de personas mayores en Canarias.

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




