¿Por qué resiste el papel ante el formato digital?: lectores y libreros lo explican con motivo del Día del Libro
Los lectores destacan que siguen prefiriendo el papel al libro electrónico, aunque suelen combinar ambos formatos. En Canarias, según el último barómetro de hábitos de lectura, seis de cada diez personas leen con frecuencia

Las Palmas de Gran Canaria
En un mundo en el que todo parece digitalizarse, como las relaciones, el ocio o el trabajo, hay un objeto que sigue haciendo frente al paso del tiempo: el libro en papel. Y este 23 de abril, Día Internacional del Libro, no solo celebramos la literatura, sino también a quienes la leen con los cinco sentidos. Los propios lectores afirman que leer en papel es una experiencia distinta. No se trata solo de consumir palabras, sino de conectar con ellas. El olor de la tinta, el tacto de una portada, la posibilidad de subrayar, doblar una esquina o dejar una nota entre páginas.
Todo eso forma parte de un ritual que para muchos sigue siendo insustituible. "Un buen libro te transporta a otro mundo, te da relajación y diversión. Te mete en aventuras", afirma Ángeles, lectora ávida de novela que comenta que "yo soy de papel, no he sido capaz de hacerme a lo digital".
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Y no es la única que tiene esa sensación, puesto que "me gusta más leer en papel. Soy de cómics y me encanta tenerlo en mis manos, sentirlo y el olor", dice Alfredo, o como afirma Antonia, que "yo apuesto por el libro, tengo e-book pero la relación con un libro es diferente a la que se puede tener con un aparato". Esa combinación de ambos formatos es notoria por lo asequible del producto digital frente al libro físico, aunque ambas son compatibles como considera Juan que "tengo una tablet y voy alternando. Cuando encuentro buenas ofertas tiro de lo digital, pero me gusta venir a la librería a comprar en físico".
"Sigue ganando a la pantalla"
Lo cierto es que los datos acompañan a esta sensación. Aunque los libros electrónicos ganan terreno, el formato físico sigue siendo el más leído en España. Y en Canarias, librerías y bibliotecas coinciden en que, tras la pandemia, ha crecido el interés por volver a lo tangible, a lo que no requiere batería ni conexión a internet. De hecho, según el último barómetro de hábitos de lectura, seis de cada diez personas leen con frecuencia, aunque solo un tercio lo hace a diario. Las mujeres leen más que los hombres, y los jóvenes tiran más de pantallas… pero el papel, dicen los expertos, sigue resistiendo.
"El libro goza de buena salud. Con la situación política que tenemos, un libro físico es una evasión fantástica. El libro digital tuvo un gran boom, pero ya se ha normalizado y el libro sigue teniendo un encanto muy especial para el lector. El formato sigue ganando frente a la pantalla", sostiene Belén, librera de El Corte Inglés. Lo mismo añade Rocío Rivera, responsable de gestión cultural de la librería Agapea en Las Palmas de Gran Canaria, "pensábamos que después de la pandemia iba a haber un bajón, pero todo lo contrario. El hábito ha seguido aumentando y eso de que auguraban que el libro electrónico iba a acabar con el papel, pues para nada. Las nuevas generaciones no apuestan por sustituir uno por otro".
No es solo nostalgia
No se trata de demonizar lo digital, que facilita el acceso y democratiza la lectura, sobre todo para personas con problemas de visión, sino de recordar que el libro impreso sigue teniendo un lugar privilegiado. Es portátil, no tiene notificaciones y no necesita actualizaciones. Y, como bien recuerdan los libreros, sigue siendo el regalo más bonito. No es solo nostalgia. Hay estudios que señalan que se comprende mejor lo que se lee en papel, se retiene más y se disfruta más. Un hecho que destacan los libreros es que los padres están apostando por la literatura infantil para alejar a los niños de las pantallas y que aprendan a leer en físico. "Los padres apuestan por la literatura infantil para que los pequeños conozcan el mundo a través de las páginas. Que los niños tengan ese contacto físico", dicen desde Agapea.
Es cierto que los precios, en ocasiones, son elevados, por lo que el libro de segunda mano sigue jugando un papel fundamental, al ser asequible y poder encontrar en este tipo de librerías algunos libros ya descatalogados. Jonathan Mesa, trabajador de Re-Read librería low cost, comenta que "tenemos un crecimiento constante y la ventaja que tenemos es que se puede leer por un precio muy económico, por tres o cuatro euros, con lo que el lector lo agradece". Además, tienen la particularidad de que "aquí se pueden conseguir libros que han sido descatalogados, narrativa canaria, historia, arte, etc. Se mueve mucho libro y eso gusta para que los compradores vuelvan cada poco".
En Canarias, muchas librerías han sabido combinar lo nuevo y lo clásico, con códigos QR, redes sociales, pero siempre con esos estantes llenos de libros físicos. Han sabido reinventarse, en general, con clubes de lectura, presentaciones y hasta talleres de escritura. En el archipiélago, además, pequeñas editoriales independientes siguen apostando por autores canarios y por historias que hablan de nuestras islas. En definitiva, el libro sigue vivo y con mucha fuerza por delante.

Carlos Moreno
Periodista de informativos en la redacción de la Cadena SER en Canarias. La radio es compañía, es inmediatez,...




