Día Mundial del Ruido: ¿y si multamos el uso del móvil sin auriculares?
El gobierno de Portugal quiere acabar con el ruido de los teléfonos móviles en el transporte público, una molestia que se vive en el día a día de la movilidad en Canarias

Yomara García es la presidenta de ‘Juristas contra el Ruido’, asociación formada por 20 abogados de diversas zonas del Estado, especializados en el tratamiento jurídico del ruido y la contaminación acústica

Las Palmas de Gran Canaria
Este miércoles se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Ruido, una jornada que pone el foco en un problema cotidiano, pero a menudo invisible: la contaminación acústica. Y entre las fuentes de ruido que más molestan en espacios públicos, hay una que se ha vuelto cada vez más frecuente: el uso de móviles o altavoces sin auriculares.
Ya sea en la guagua, en la playa, en una cafetería o paseando por la calle, cada vez es más común encontrarse con personas reproduciendo vídeos, notas de voz o música a todo volumen, como si el espacio público fuera su salón. Portugal ha decidido tomar cartas en el asunto. El Gobierno luso ha propuesto una ley que permitiría multar a quienes usen dispositivos móviles o altavoces portátiles con el volumen alto en espacios públicos. En concreto, sancionarán con una multa de entre 50 y 250 euros a aquellas personas que estén haciendo ruido con sus teléfonos móviles, al considerarlo una infracción por falta de civismo. La medida está incluida dentro de un paquete legal que busca combatir el ruido urbano y proteger la tranquilidad de los ciudadanos.
"La guagua es un territorio comanche"
La propuesta ha abierto el debate: ¿deberíamos sancionar estos comportamientos? ¿Dónde está el límite entre lo público y lo privado? En Hoy por Hoy el Drago, usuarios de guaguas de las islas han comentado que "lamentablemente hay que obligar a la gente a comportarse, como con las colillas. Si no tengo cascos lo pongo bajito, sobre todo cuando pones el reggaetón a tope, dice Antonia, algo que reafirma Luz, que es pasajera habitual de Guaguas Municipales y "personalmente me molesta bastante que estén hablando en voz alta durante los trayectos" o Adrián que "poner la música un poco alta, a veces molesta un poco, la verdad". A estos testimonios se une la visión de los chóferes, ya que "son conductas incívicas, las guaguas son de uso compartido y es raro ver eso en una sala de espera de un centro de salud, en un avión viene el azafato y te llama la atención", explica Santiago Domínguez, chófer de Global, que "ve que la guagua es territorio comanche y la culpa es de las instituciones y las empresas. Hay que invertir en educar al viajero. Yo, a veces, llamo la atención al usuario, pero hay ocasiones en las que me han mandado al carajo". Algo que ratifica Pablo García, chófer de Guaguas Municipales, que comenta que "intento hacer partícipe al resto de los usuarios para que le llamen la atención a esa persona, pero yo eso no lo puedo hacer siempre ni parar el servicio. Estamos bastante desprotegidos".
El director de Global, Víctor Alonso, considera que la medida portuguesa "me parece perfecta, pero lo primero sería dotar al conductor de un plus de autoridad para hacer ese tipo de denuncias con respecto al ruido y conductas incívicas en la guagua".
Campaña Contra el Ruido 2025: concienciar de los riesgos que tiene para la salud
La Campaña Contra el Ruido 2025, lanzada este 30 de abril, advierte que la contaminación acústica es el segundo factor ambiental que más enfermedades provoca en Europa, solo por detrás de la contaminación del aire. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, el ruido causa molestias severas en 22 millones de personas y contribuye a 22.000 muertes prematuras al año en Europa. Además, se calcula que 6,5 millones de personas sufren trastornos crónicos del sueño derivados de la exposición al ruido, que también provoca 48.000 cardiopatías y deterioro cognitivo en 12.500 menores.
"Esto es como si una persona fumadora te echara el humo a la cara, lo que pasa es que el ruido no se ve", señala Yomara García, presidenta de ‘Juristas contra el Ruido’, asociación formada por 20 abogados de diversas zonas del Estado, especializados en el tratamiento jurídico del ruido y la contaminación acústica. "El problema es que estamos notando conductas agresivas en la población y, en el caso de una guagua, es complicado ver cómo puede reaccionar ese usuario que debería ponerse auriculares".
En España, se registran anualmente 4.000 hospitalizaciones y 1.000 muertes prematuras relacionadas con este contaminante invisible . Además, más de 5 millones de españoles están expuestos a niveles de ruido perjudiciales para la salud cardiovascular.
La Organización Mundial de la Salud advierte que el ruido excesivo no solo genera molestia, sino que también puede provocar problemas de salud como insomnio, estrés o pérdida auditiva. Y aunque a menudo asociamos la contaminación acústica al tráfico o la industria, los ruidos cotidianos también cuentan: conversaciones a gritos, notificaciones estridentes o audios de WhatsApp sin auriculares. "Son importante las charlas, la formación a los sanitarios. Nosotros hacemos jornadas para concienciar a nuestros menores. Vemos una gran cantidad de jóvenes que están expuestos a perder la audición por ponerse la música muy alta en los auriculares", señala Yomara.
En el archipiélago, donde el turismo y la vida al aire libre marcan el ritmo, el ruido ambiental es una constante. Las campañas de concienciación existen, pero aún no hay normativa específica sobre el uso de móviles sin auriculares en espacios públicos.
En un contexto donde cada vez vivimos más conectados, quizás es momento de reconectar con algo tan simple como el respeto al silencio y a la educación en comunidad.




