"Quiero ver crecer a mi hijo": la historia de Raquel Díaz, la diputada que sobrevivió al cáncer

Santa Cruz de La Palma

El parlamento de Canarias acaba de aprobar por unanimidad la posibilidad de construir en La Palma una unidad satélite para tratar el cáncer. En la actualidad, las personas que atraviesan esta enfermedad tienen que desplazarse a la isla de Tenerife en avión en barco diariamente para recibir estos tratamientos. "Los palmeros no somos canarios de segunda ni españoles de tercera", explica Raquel Díaz, la diputada del Partido Popular que ha presentado la propuesta en el Parlamento. Sabe lo que hace, porque ella misma sobrevivió a la enfermedad. "Cuando te diagnostican cáncer tu vida cambia para siempre. Yo creo que no es una noticia que nadie quiere escuchar. Supone el principio del camino de una lucha personal y familiar", explica la diputada.

El infierno del cáncer en una isla no capitalina

Tratar el cáncer en una isla no capitalina es muy difícil. Lo saben bien en Lanzarote y Fuerteventura, durante décadas la Asociación de Familias Oncohematológicas ha luchado para lograr la instalación de un búnker de radioterapia en la isla de los volcanes. Una paciente se puso al frente, Carmen Arrocha. En el caso de La Palma la paciente se llama Raquel Díaz y forma parte de la estructura política, lo que ha hecho más fácil su llegada al Gobierno.

"Tienes que cogerte un avión todos los días, ir y venir todos los días en las condiciones en las que estés", relata Raquel. Cuando le dieron la noticia se derrumbó. "Tu seguridad le da paso a la incertidumbre. Tu vida se desmorona porque tienes que afrontar un camino que nadie quiere recorrer. No tienes garantía ninguna. No hay más seguridad de la que te pueden dar las estadísticas, la probabilidad, la ciencia. Tu fe. Aquello en lo que tú crees. Y tu fuerza. La que tú tienes que poner para luchar contra ello. No es un camino fácil", rememora.

"Lo único que quiero es ver crecer a mi hijo, aunque sea un poco más", es lo que pensó la diputada al recibir la noticia. "La pérdida de pelo, náuseas, vómitos, agotamiento, malestar, yo siempre dije que no había sesión de quimio en la que no descendieras a los infiernos, porque al final tú estás acostumbrado a trabajar, a resolver, a gestionar, y de repente pasas por una sesión de quimio, las primeras veinticuatro horas la llevas lo mejor que se puede y las siguientes cuarenta y ocho horas son muy duras, dejas de ser persona"", sentencia.

Una lucha por levantarse cada día

La peor parte del tratamiento fue la radioterapia. "La piel no solo quema la superficie, sino quema hacia el interior, evidentemente es la única manera de intentar contener que esas células cancerígenas no se reproduzcan, y que tú puedas seguir vivo, que es lo que todos queremos al final. Y bueno, pues de ahí sales quemado, nunca mejor dicho, y muy agotado", reconoce Raquel Díaz.

Raquel Díaz es diputada por el Partido Popular, que gobierna con Coalición Canaria. Su petición al Ejecutivo puede entenderse como un compromiso, porque no son oposición sino Gobierno. En consecuencia, Díaz es clara al expresar que confía en que la unidad de radioterapia para La Palma aparezca pintada en los próximos presupuestos.

El proceso para contar contar con la unidad

Construir un acelerador lineal no es nada fácil. Desde que AFOL empezó a batallar en Lanzarote hasta que finalmente la unidad fue operativa pasaron más de quince años. En 2016 intensificaron su lucha y no fue hasta el final de la legislatura pasada cuando por fin se puso en marcha la unidad, tras el impulso del consejero José Manuel Baltar y su inauguración durante el Pacto de las Flores.

"Una vez aprobado por unanimidad por el Parlamento, lo que se pide es que se estudie la viabilidad de que esa unidad satélite", reconoce la diputada. "Construir una unidad de este tipo en la isla de La Palma, los plazos las voluntades hay que plasmarlas en la realidad, más allá de ese apoyo institucional de todos los grupos políticos", añade Díaz.

¿Se podrá ver reflejado en los próximos presupuestos del Gobierno de Canarias? Difícilmente, por la complejidad del proyecto. "Si me preguntas como paciente te digo que es una cuestión de obligado cumplimiento, si me preguntas como palmera, creo que se debería, si me preguntas como diputada, creo que ahí al final lo que damos es muestra a lo que la gente al final nos pide a los políticos que cumplamos nuestras promesas y que pongamos a la ciudadanía en el centro de la política", concluye literalmente la diputada.