"Modo canario" o "modo democrático"

Afrontamos una nueva semana caliente en la política nacional, si es que alguna vez se ha enfriado desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. Al parecer la Amnistía no va a desmontar el estado de las autonomías, como chillaron en su día tantos opositores a la medida: el Tribunal Constitucional ha rebajado la tensión sosteniendo en su ponencia que la polémica ley se ajusta a derecho. Aún así, el domingo veremos a la derecha española volver a la calle con eslóganes hiperbólicos e irresponsables tipo "Mafia o Democracia". Flaco favor le hacen a esta último por no tener la paciencia de construir una alternativa en las urnas y no en los tribunales.

En Canarias asistimos al espectáculo como convidados de piedra, mientras aquí ocurren cosas tan graves que requerirían que nuestros líderes nacionales dejaran de distraerse con sus disputas y la errática forma de tirarse los trastos a la cabeza. Todo es tan desproporcionado y feo que hemos terminado por denominar como "modo canario" de hacer política lo que en realidad debería ser el "modo democrático" de hacer política. Es decir, anteponer el diálogo a la confrontación y la solución de los problemas a la ideología. Sea esta cual sea.