Sobre las guerras del agua en Lanzarote

El agua no puede ser un lujo en una isla, pero en Lanzarote se ha convertido en una pesadilla cotidiana. Según datos de la propia empresa concesionaria, hay municipios donde el suministro se corta entre el 50 y el 60 por ciento de los días. Más del 60 por ciento del agua desalada se pierde antes de llegar a los hogares. No es un fallo puntual: es el resultado de años de mala gestión por parte de Canal Gestión Lanzarote, filial del Canal de Isabel II.

Un informe técnico del Cabildo de Lanzarote detalla incumplimientos graves del contrato: no se han ejecutado las inversiones previstas, no se ha renovado la red de distribución, no se han instalado los contadores, y el sistema no se ha modernizado. El resultado: un modelo colapsado, caro e ineficiente.

La empresa reclama una liquidación de 104 millones de euros, pero es probable que no reciba ni un euro. Entre la amortización, el canon, la fianza y el beneficio industrial descontado, el balance puede quedar a cero. El Cabildo quiere resolver el contrato en los próximos cuatro meses y permitir la entrada de nuevos operadores dispuestos a invertir y a gestionar mejor. Porque lo urgente no es discutir millones arriba o abajo: lo urgente es que llegue el agua, todos los días, a todas las casas. Canal bloquea sin embargo la alternativa de cesión que le permitiría recuperar gran parte de lo que espera obtener. Mantener el control, aunque sea temporal, parece su estrategia de presión.

Canal Gestión ha tenido quince años para demostrar su capacidad. Ha fracasado. Toca cambiar. Toca abrir paso a quien quiera y pueda hacer el trabajo que no se ha hecho. Lanzarote no puede esperar más. Y sus vecinos, tampoco.