Sobre el apoyo de Coalición a Pedro Sánchez
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El enfoque de Francisco Pomares
El Gobierno de Pedro Sánchez empieza a hacer ruidos raros, y hasta sus aliados más prudentes se lo están pensando. Coalición Canaria, por ejemplo, ha pasado del “esto no va con nosotros” a advertir que ya no garantiza su apoyo. Cristina Valido ha salido de La Moncloa diciendo que la confianza con el presidente “se ha quebrado”. Hace apenas unos días hablaba de estabilidad, de agenda canaria y de no mezclar. Pero algo ha cambiado.
El ambiente político en Madrid se ha vuelto irrespirable. Yolanda Díaz y Ernest Urtasun se han autoexcluido de las reuniones, Rufián le ha leído la cartilla a Sánchez y los demás socios hablan como si el final estuviera cerca. Todos marcan distancias. Incluso los más pragmáticos, como Coalición, que olfatean que esto ya no aguanta mucho más.
Y es que no se trata solo de lo que ya sabemos —contratos, comisiones, audios, Koldo y compañía—, sino de lo que aún podría salir. Se da por hecho que Koldo colaborará con la justicia, la Fiscalía puede investigar al PSOE por financiación ilegal, y el caso Air Europa apunta directamente al entorno personal del presidente.
En ese contexto, Sánchez llega a la cumbre de la OTAN con el aura de un presidente en funciones. Quería liderar el debate contra el aumento del gasto militar, pero todo indica que será un invitado incómodo. Porque lo que realmente preocupa en Moncloa no es el 5 por ciento de Rutte, sino la barbacoa interna que amenaza con carbonizar todo el sanchismo.
Valido lo ha dicho claro: el Gobierno no sabe qué más va a salir. Y si no lo sabe el Gobierno, menos lo saben sus socios. Coalición, que nunca ha sido dada al riesgo, ha empezado a mover ficha. Han olido sangre. Y no hay promesa de agenda canaria que justifique quemarse junto a un presidente abrasado.
