Un especialista advierte sobre la movilidad en las ciudades: "Esto no puede ser un derecho"
La habitual resistencia que sucede en muchas ciudades con la implantación de redes ciclistas, en lugares habituales del paso de automóvil, choca con la visión de expertos que consideran que las ciudades del futuro "son para las personas y no para estacionar las máquinas"

"Estacionar el coche en la calle no puede ser un derecho"
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Las Palmas de Gran Canaria
Lo que debía ser una transformación urbana hacia una movilidad más amable y sostenible se encuentra hoy suspendida en Santa Cruz de Tenerife, con el freno en seco la construcción de su red ciclista. Se encuentra atrapada entre la presión política, la resistencia de algunos sectores y la falta de valentía institucional. Sin embargo, para muchos expertos, esta paralización no cambia el rumbo que inevitablemente marcará el futuro de las ciudades: menos coches, más bicicletas, y más espacios pensados para las personas.
Miguel Morales, ingeniero de caminos y especialista en movilidad urbana, lo resume con claridad: “Santa Cruz tiene un problema de forma, no de fondo. Ya ha ocurrido en otras ciudades de España. Al principio hay resistencia, pero el fin será el mismo: una ciudad más pacificada, más caminable, y donde la bicicleta juegue un papel protagonista en desplazamientos de 2, 3 o 4 kilómetros. Es una posibilidad de transporte increíble”.
Y es que lo que está en juego no es solo una red ciclista más o menos ambiciosa. Es el modelo de ciudad. El rediseño urbano que propone Santa Cruz —al menos sobre el papel— "se apoya en una planificación coherente, homogénea y conectada, con la aspiración de enlazar la capital con puntos estratégicos como La Laguna", ha expuesto en La Ventana de Canarias. No se trata de un gesto simbólico o de un carril testimonial: es un cambio estructural.
“No son proyectos análogos”, aclara Morales, refiriéndose a quienes comparan esta iniciativa con una como la de Las Palmas de Gran Canaria. “Aquí hay una voluntad clara de dar la vuelta a la ciudad. La red ciclista no es un adorno: es una herramienta para reinventar las calles, mejorar la calidad ambiental, reducir el ruido y la contaminación, y devolverle protagonismo a la vida vecinal”.
La paralización ha coincidido con la anulación de la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), otra pieza clave del nuevo modelo de movilidad. Pero Morales cree que esto no altera el objetivo final. “Todas las ciudades pasan por estas luchas. Hay una parte de la ciudadanía que se aferra al coche privado, pero lo cierto es que el 95% del tiempo ese coche está estacionado en la calle. Algún día, cuando miremos atrás, estas resistencias nos parecerán ridículas”.
El debate vuelve, una vez más, a girar en torno al espacio público y a su uso. Morales lo plantea sin rodeos: “Estacionar el coche en la calle no puede considerarse un derecho, por mucho que se paguen impuestos. Mucho menos ocupar 10 metros cuadrados de vía pública con un objeto que no se mueve durante casi todo el día”.
“La red no debe ir por donde moleste menos al coche, sino por donde realmente se necesite para conectar la ciudad. El objetivo no es favorecer al automóvil, sino facilitar otras formas de moverse. La bicicleta transforma la calle. La hace más habitable, más saludable, más humana”, concluye ante las voces de los detractores de la red ciclista, que sostienen que su implantación dificultará la circulación de vehículos por la ciudad.
Santa Cruz, como muchas otras ciudades del mundo, se encuentra en un punto de inflexión. El modelo urbano del siglo XXI ya no puede girar en torno al coche. Y aunque hoy la red ciclista esté paralizada, las ideas que la sustentan siguen pedaleando. Porque no se trata solo de infraestructuras, sino de un cambio cultural. Uno que, con el tiempo, será imparable.




