Canarias se rinde a una Bajada de la Virgen histórica diez años después en La Palma
Diez años han tardado en regresar unas Fiestas Lustrales que fueron suspendidas en su última edición de 2020 por la pandemia

SANTA CRUZ DE LA PALMA 08/07/2025.- Un momento del Festival del Siglo XVIII, conocido como el Minué, que se ha celebrado hoy martes en Santa Cruz de La Palma y que forma parte del protocolo de recibimiento de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de Las Nieves. EFE / LUIS G MORERA. / Luis G Morera (EFE)

Santa Cruz de La Palma
Las fiestas de La Bajada de la Virgen de las Nieves son tradición, patrimonio e historia de La Palma. Las primeras referencias datan de 1676, cuando una sequía extrema llevó a la gente a bajar la virgen. Desde entonces, esta tradición se ha mantenido cada cinco años con números representativos que también ha ido evolucionando con el tiempo. Este año se han celebrado con carácter histórico, diez años después, con un éxito rotundo en casi todos los números. Estos son algunos de los más comentados.
Los Mascarones
La denominación específica de Mascarones está reconocida alejándose de la tradicional definición de Gigantes y Cabezudos, tal y como explica Jorge Amado, que está al frente de este número. Surge de la festividad del Corpus y el pique entre los barrios de La Naval y El Rosario y las familias más adineradas. Encabeza el desfile el personaje más singular, Biscuit, un personaje grotesco que porta el bastón de mando y un peculiar sombrero napoleónico. Con el tiempo se han ido incorporando otros personajes que reflejan la actualidad y las historias cotidianas, es el caso de ‘El médico chino’ o ‘Míster Sabas y el león’.
Desde entonces se ha tratado de mantener la elaboración tradicional involucrando, como al resto de los números de La Bajada, a la población local con la relación intergeneracional que hace que se mantenga la esencia de tiempos pasados en un desfile que recorre las principales calles de Santa Cruz de La Palma
Desfile de La Pandorga
Las primeras referencias de La Pandorga datan del siglo XIX para convertirse en uno de los actos más llamativos. Un desfile de luces creadas a partir de madera y papel que iluminan las calles de Santa Cruz de La Palma en la que el público infantil tiene su mayor protagonismo.
Jesús Pérez está al frente de este número y toma el relevo de su abuelo que, con 92 años, ha permanecido fiel a la confección de estos faroles tradicionales. Una edición en la que se registraron 850 personas con mil Pandorgas confeccionadas.
“No ha sido fácil”, explica Jesús Pérez, a la hora de conseguir todo el material, encontrar un local donde confeccionar y guardar las Pandorgas. Un trabajo contra el reloj que, solo en el mes de mayo, llevó a confeccionar 400 Pandorgas del millar total que estaban listas a finales del mes de junio.
La Danza de los Acróbatas
Habría que remontarse a mediados del siglo XIX para encontrar las primeras compañías de circo que, de camino en sus giras entre Europa y América, paraban en La Palma para ensayar sus números. De ahí nacieron las primeras compañías aficionadas que trataban de emular esos números para convertirse en lo que hoy conocemos como la Danza de los Acróbatas.
María Isabel González ‘Guti’ ha estado al frente de la coordinación de este número. Ahora como nexo entre dos generaciones. Relata como entonces se creó La Gimnástica, un grupo de personas que emulaban las formas y acrobacias de aquellas compañías de circo. “Entonces eran todo hombres”, explica, sin embargo, en esta edición de 2025 son 32 las mujeres que forman parte del elenco de 42 acróbatas. “Hemos tenido que buscar hombres en los gimnasios”, relata, que ocupan los papeles que, por fuerza física, es necesario cubrir. Desde finales de 2024 se han estado impartiendo charlas en los centros educativos a una generación que nunca había vivido este número y el resultado ha sido excelente, “hay relevo generacional”, asegura. Con edades de entre los 10 y los 40 años, es necesario cumplir unas condiciones físicas mínimas, además de los ensayos desde el mes de enero compatibilizando el trabajo o los exámenes, según las edades.
El Minué o el Festival del siglo XVIII.
Este número se incorporó por primera vez en las Fiestas Lustrales de 1945 por Luis Cobiella Cuevas, en el que se mezcla música, danza y poesía. Un número que emula las danzas cortesanas dieciochescas con motivos del rococó. El trabajo que hay detrás vuelve a dibujar el mérito de estas fiestas.
Durante muchos años Raquel Paz ha estado al frente del taller de costura de Santa Cruz de La Palma donde se elaboran todas las vestimentas de las Fiestas Lustrales: Los Acróbatas, Los Enanos o el Minué en un ejercicio de creatividad que se pone a prueba en cada edición. Raquel Paz puso su academia de corte y confección en el año 1976 y fue en el año 2000 cuando entró a participar en los actos de La Bajada. Un trabajo artesanal. Algunos trajes llevan hasta cinco piezas, “el miriñaque, el faldón, el corpiño, las piezas bordadas...”, explica Raquel Paz para vestir a 24 parejas. Cada traje está confeccionado individualmente para quien lo va a vestir durante el Minué.
Desde el mes de febrero, diez costureras se afanan en un arduo trabajo, sacrificando horarios, tiempo personal para dar vida a una pasión que deja claro que nada en las Fiestas Lustrales sería posible sin la involucración de la gente.
Danza de Los Enanos
Es, sin lugar a dudas, el número más identificativo de las Fiestas Lustrales y la figura del Enano un símbolo con el que se identifica la isla. Las primeras referencias datan de 1865 cuando salieron a la calle junto a los gigantes y cabezudos con motivo del Corpus Christi. Fue en 1905 cuando adquirió el perfil de número específico en las Fiestas Lustrales, entonces solo se permitía participar a los hombres. El tiempo ha transcurrido y con él el número se ha ido adaptando permitiendo la participación de la mujer, además de abrir la puerta a residentes en otros municipios de la isla, cuando anteriormente se restringía ese ‘privilegio’ a residentes en Santa Cruz de La Palma.
Así lo explica Alonso Lugo, que ha estado al frente de la dirección de Los Enanos durante 30 años y ha ido introduciendo algunas modificaciones. Entre ellas, la participación de personas de cualquier municipio de la isla. Alonso Lugo reivindica el extraordinario esfuerzo y la preparación física que requiere bailar Los Enanos, “es como correr una Transvulcania, no me quedo corto”, por el número de funciones que se realizan y las especiales condiciones del atuendo que llevan a cada Enano a perder entre siete y ocho kilos, además de las heridas que se pueden producir en el cuerpo. Todo un alarde de esfuerzo que se supera con la pasión por bailar Los Enanos.
“Habrá un antes y después de esta edición”, asegura Alonso Lugo, que ha formado un equipo en el que 12 personas repiten de ediciones anteriores mientras que 18 lo hacen por primera vez en una edición en la que la tradicional polca que acompaña a Los Enanos cumple cien años.




