La tolerancia cero, un cuento chino

Santa Cruz de Tenerife

De cuando en cuando saltan noticias tan surrealistas que cuesta creerlas. Por ejemplo, que un alcalde de un municipio de 7.000 habitantes se tome la justicia por su mano y decida, sin encomendarse a dios ni al diablo, pagar una noche de hotel a un maltratador. Probablemente cree el citado primer edil de Tinajo que actúa correctamente, porque en su cabeza está resolviendo una disputa entre una pareja mal avenida cuando, según confesó en sesión plenaria, le llama un policía local y le dice: "Suso, tenemos un problema". El dilema es si el agresor debe acabar con sus huesos en comisaria o en la cama de un alojamiento turístico. Ya ven, hay paternalismos que claman al cielo. Porque cuando un agente de la autoridad tiene conocimiento de un caso de violencia machista tiene que activar un protocolo para alejar al presunto delincuente de la víctima, no una noche o cuatro sino para el resto de su vida. Y no llamar al alcalde de turno para despachar el asunto a la vieja usanza, tratándolo una desavenencia matrimonial y no como un delito. Presunto, pero delito. Efectivamente Suso, tenemos un problema. La tolerancia cero contra el maltrato es un cuento chino.