La vuelta de la discordia

Santa Cruz de Tenerife
Es difícil ver lo ocurrido en la Vuelta Ciclista a España, y comprobar sus secuelas, y no tener opinión al respecto. ¿Debe quedar el deporte al margen del devenir de los acontecimientos, como muestra de que los seres humanos podemos a un tiempo matarnos brutalmente y competir sanamente? El debate es recurrente, no es ni mucho menos la primera vez que un hecho histórico interfiere en una prueba deportiva internacional. Lo que está resultando hipócritamente sorprendente es la respuesta retorcida de quienes niegan la matanza de Gaza y se escandalizan por las protestas violentas, pero incruentas de Madrid. En esta España imposible, el odio al contrincante político es tan grande que no hay espacio alguno para la compasión. Y desde la ceguera partidista se acusa a la víctima de verdugo y se defiende al matarife. Es la estupidez política, y no Pedro Sánchez, la que está llevando a la ciudadanía del planeta a la calle. La inacción gubernamental es la auténtica culpable de los disturbios ciclistas.

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




