Joan Rojas, el colombiano que llegó a Canarias huyendo de una muerte segura
Rojas tuvo que salir de Colombia a consecuencia de la extorsión
Entrevista a Joan Rojas en Hoy por Hoy La Palma
Santa Cruz de La Palma
Hablar de migración es mucho más que contar un número de personas y repartir el número. Cada una de ellas tiene un nombre y una historia detrás, como cualquiera. La de Joan Rojas es una de esas historias que merece la pena compartir. Un joven de 23 años que huyó de la violencia y la extorsión tras ver tiroteados a dos personas muy cercanas." Vengo desde el Valle del Cauca, de Cali, una ciudad muy bonita, como de ahí su nombre, la sucursal del cielo, la podría describir en una sola palabra, maravillosa", explica Joan, que sigue echando de menos su hogar.
Desde los doce años comenzó a trabajar en una barbería hasta que logró montar su negocio. Cuando los resultados comenzaron a ser buenos, a ganarse la vida por sí mismo, empezó la extorsión, las pandillas le pedían el 60% de sus ingresos. "Hay personas que comienzan a extorsionarte, a pedir dinero, a someterte, a amenazar a tu familia, a comprometerlos con una serie de cosas que tienes que cumplir y que si no las cumples te pueden hacer daño", denuncia.
Si accedes, ya no hay salida, explica. Por ese motivo tirotearon a dos de sus amigos. Nunca quiso entrar en ese ambiente y algo le cambió la perspectiva, ser padre. Con solo 20 años, tomó la decisión de salir de allí, de ‘la sucursal del Cielo’, para buscar un lugar mejor donde ganarse la vida y mantener segura a su familia. “Quiero que mi hijo tenga a su padre”, explica.
Llegó a La Palma y comenzó a trabajar en la construcción. Hoy tiene empleo en una barbería y hace servicios a domicilio los fines de semana. Su objetivo es reunir el dinero para traer a la isla a su mujer y a su hijo al que no ve desde hace dos años. Dice sentirse agradecido de la isla y su gente, donde ya se siente integrado.
Reconoce también que hay otros que alimentan el rechazo con su comportamiento. Una matra que se utiliza para generalizar sobre los migrantes que llegan a nuestro país o a La Palma. A Joan le gusta el monte, y describe algunos de los lugares donde dice encontrar la paz, El Refugio del Pilar, la playa de Nogales...o Puerto Naos.
Es la otra cara de la migración que no se cuenta, con su nombre (Joan Rojas, de 23 años), la historia de quien huye de la violencia o la muerte, de quien quiere proteger a su familia y se integra en la sociedad participando de ella. Es la migración que no se cuenta porque se cuentan números, número que luego se reparten como si detrás de cada uno de esos números no hubiera un nombre ni existiera una historia.