Una sentencia pionera reconoce la incapacidad a una mujer con fibromialgia y depresión en Canarias

Santa Cruz de Tenerife

La sala social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha reconocido la incapacidad permanente absoluta a una mujer que sufre fibromialgia con un cuadro depresivo grave que le impide la realización de la vida cotidiana. Se trata de una sentencia pionera, porque los fallos judiciales como este no son habituales. La sentencia expresa una mirada que visibiliza las dificultades de la prueba del dolor sobre una enfermedad invisibilizada y feminizada. En este sentido es pionera, porque marca el camino hacia otra mirada de la justicia.

Ni el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ni el Juzgado de lo social reconocieron la invalidez a esta mujer, considerando que no reunía los requisitos, a pesar de que necesita ayuda incluso para levantarse de la cama. Ambas instituciones consideraron que la mujer no demostró que estas condiciones le privaran de capacidad laboral. Ahora el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) se pronuncia en sentido contrario, reconociendo la incapacidad absoluta y enmendando al INSS y al juzgado de lo social de Puerto del Rosario.

Una sentencia que abre camino

Se trata de una enfermera de los servicios sanitarios de Fuerteventura que padece un trastorno ansioso depresivo grave vinculado a la fibromialgia. Convive diariamente con dolencias crónicas por las que toma múltiples fármacos, analgésicos que hacen evidente el dolor gravísimo que sufre. El alto tribunal canario no comparte la conclusión ni de la seguridad social ni del juzgado, y ha declarado la incapacidad absoluta de la mujer.

Para Gloria Poyatos, magistrada del TSJC, "la sentencia es relevante porque visibiliza y reconoce a efectos de invalidez permanente en grado de absoluta de una ciudadana con fibromialgia, una enfermedad feminizada y también maltratada por el sistema y por el derecho", explica. "Ni la seguridad social ni el Juzgado reconocieron la incapacidad, pero nosotros, con los mismos hechos, entendimos que tan solo la medicación ya evidencia una limitación trasversal incompatible con el trabajo", añade.

La brecha de género del dolor

El TSJC considera que existe un dolor generalizado y una fatiga extrema, por lo que estamos ante una dolencia crónica e intensiva que incluso conlleva la realización de desplazamientos en silla de ruedas, y que impide, lógicamente, el desarrollo del trabajo. Se trata de una decisión judicial que rompe barreras a la hora de valorar enfermedades invisibles que afectan especialmente a las mujeres. La sentencia, a la que ha tenido acceso la SER, dice literalmente: "La invalidez no se mide por la fotografía de un gesto aislado en un entorno controlado, sino por la película completa de un día de trabajo tras con otro con exigencias de horario, asistencia, concentración y productividad".

La enfermera sufre de fibromialgia, trastorno ansioso-depresivo, migrañas, insomnio crónico, obesidad mórbida y trastorno de la marcha. Está en tratamiento con medicación de tercer escalón (oxicodona/naloxona, pregabalina, antidepresivos, hipnóticos, benzodiacepinas). El cuadro clínico es crónico, intensivo y sin eficacia terapéutica, lo que acabó motivando su derivación a la Unidad de Síndromes de Sensibilización Central del Hospital Clínic de Barcelona. Con todo eso, ni la seguridad social ni el juzgado de lo social vieron incapacidad alguna.

Los argumentos del TSJC

El tribunal considera que la fatiga extrema, el dolor generalizado y los efectos de la medicación hacen inviable cualquier tipo de trabajo, incluso sedentario o administrativo. “La conjunción de dolor extendido, fatiga extrema, crisis migrañosas, insomnio, somnolencia diurna y los efectos neurocognitivos de los fármacos prescritos compromete precisamente esas capacidades nucleares”, reza el documento del TSJC.

El alto tribunal va más allá y sentencia: “No se trata de una cuestión esporádica, es crónica, intensiva y sin eficacia suficiente (...) Incluso esas labores [sedentarias] exigen presencia estable, atención selectiva, memoria inmediata, velocidad de procesamiento, constancia y fiabilidad horaria (...) la fibromialgia, por definición, cursa con fluctuaciones, picos de dolor y fatiga que obligan a pausas imprevisibles, y su severidad no se capta mediante resonancias, electromiografías o maniobras ortopédicas", concluye.