Ni contigo ni sin ti

Santa Cruz de Tenerife

Ese refrán popular, al que se atribuyen distintos orígenes, nos sirve para hacer una radiografía casi exacta de las relaciones actuales entre el Gobierno de Pedro Sánchez España y el Gobierno de Canarias. Y, apurando un poco más, serviría para calcar también la situación política que se vive ahora mismo en toda España.

Porque el PSOE sin ‘Junts’ o sin Esquerra no estaría gobernando...

Porque el PP sin Vox sería un alma perdida y porque todo lo que dice Sumar, para Podemos son tonterías...

Y la frase habla precisamente de esas relaciones imposibles que están marcadas por la intensidad, la atracción y el conflicto al mismo tiempo.

Relaciones que te llevan con la misma rapidez a hacer el amor, como a discutir en el momento.

El mejor ejemplo lo encontramos en el idilio vivido ayer en el Ministerio de Hacienda entre el presidente Clavijo y la ministra Montero. Llegaban tensos al encuentro, pero acordaron en un ‘pis-pas’ desbloquear 400 millones de euros. Lo malo es que no habían pasado ni dos horas cuando (lo que era nueva luna de miel entre los dos ejecutivos) se convertía en un tormento.

Y fue otra vez la inmigración la que originó el desencuentro.

Después de dos años peleando por la distribución de menores migrantes no acompañados a la Península...

Después de que todo un Tribunal Supremo haya tenido que tirar de las orejas al Gobierno de España por dejación de funciones...

Y después de que la Fiscalía diga que en el plazo de 15 días es imposible tramitar ninguna derivación, llega la secretaria de Estado de Migraciones y se permite la frivolidad de decir que en una semana se podría dar la paradoja de tener un centenar de plazas en centros de Península, pero sin niños y niñas a los que trasladar, porque las autoridades canarias no están remitiendo en tiempo y forma los expedientes.

Uno recuerda esa sabiduría popular de que "ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio..." y piensa en que el refrán podría alargarse añadiendo que los enredos en la vida llegan siempre cuando vemos el error ajeno, sin mirarnos antes en el espejo.

Y ahora sí ya encaja el "contigo porque me matas y sin ti porque me muero".