Elaborado en Canarias

Santa Cruz de Tenerife

En estas Islas celebramos hoy una jornada especial, bajo un lema tan sencillo como poderoso: “Elaborado en Canarias”.

Poderoso, porque ese “claim” no es solo una frase comercial ni una etiqueta en un envase, es un recordatorio que nos dice de dónde venimos, quiénes somos y a dónde vamos.

Es una manera de cuidar esta tierra y velar por el futuro.

Basta únicamente con echar la vista atrás poco más de medio siglo para entender todo esto que les cuento.

En los años 60 descubrimos el Clipper de fresa, que todavía hoy se pide en bares y supermercados como si el tiempo no pasara.

En los 70 llegaron los helados “Kalise” con sus incomparables cornetos de vainilla y el imborrable recuerdo de veranos en la playa. Y da igual que fuera en Las Canteras, en los kioskos del Lago Martiánez, en Las Teresitas o en Melenara.

En los 80, teníamos “fritolays” y “baconcitos”, cuando celebrábamos un cumpleaños o íbamos de excursión con el colegio...

Y en la mochila no podía faltar tampoco ni el jugo libbys de naranja, el yogur ‘Celgán’, las galletas ‘Bandama’ o esas ambrosías ‘Tirma’, que han llegado a nuestros tiempos.

Canarias tampoco sería Canarias sin la eterna rivalidad entre Dorada y Tropical, y eso que casi todos sabemos ya que son dos cervezas hermanas. Mismo papá y misma mamá.

En paralelo, empresas como ‘Binter’ han ido mucho más allá y se han convertido más que en aerolíneas en símbolos de canariedad.

Patrias chicas que nos hacen sentir grandes y que nos hacer sentir, sobre todo, que somos capaces de volar.

Y este viernes, como les digo, toda esa memoria colectiva se mezcla con un reto muy actual: apostar por el kilómetro cero. Y justo esa apuesta por la que tenemos que luchar.

Ejemplos sencillos son elegir papas del país frente a papas importadas... Y fresas de Valsequillo o de Güímar, antes que las de Aranjuez...

Porque no se trata de nostalgia: es economía. Y cada vez que compramos un producto elaborado en Canarias, reforzamos el tejido industrial y empresarial de estas Islas...

Reducimos la dependencia exterior y conseguimos que aviones y barcos consuman menos energía.

Apostar por ellos no es un gesto menor, ni ser más papistas que el Papa: es una sabia manera de apostar por nuestras vidas.