Las historias del bullying en Canarias: "Mi hijo se suicidó con 12 años por el acoso escolar"

Las Palmas de Gran Canaria

"Me llaman y me dicen: tu hijo se ha quitado la vida". Así de duro, así de cierto, es el testimonio demoledor de María del Carmen Armas. Su hijo Adam, cuando apenas tenía 12 años, se ahorcó en la habitación en la que estaba internado en un centro terapéutico tras sufrir acoso escolar en su instituto por ser trans. El pequeño Adam decidió, así, finalizar con el infierno que estaba viviendo y que le había llevado a autolesionarse y sufrir "una depresión muy fuerte". Todo esto, con 12 años.

Con esa edad, como todos los niños y niñas, Adam pasa del colegio al instituto. Él ya le había dicho a su madre que no se sentía niña, sino que se sentía niño. Carmen, conocedora de lo dura que puede ser esa etapa escolar, más aún siendo trans, acudió al instituto de Adam para que activaran los protocolos correspondientes.

"Yo fui para que activaran el protocolo al ser mi hijo trans y lo que me dijeron fue que no me aseguraban que mi hijo no fuera a sufrir bullying", explica Carmen en Hoy por Hoy Canarias, que asegura le preguntó al centro qué como podía ser así, que si no tenían medidas para parar ese posible acoso, y la respuesta que recibió por parte del centro fue sorprendente: "nosotros aquí también estamos sufriendo".

"Soy Adam y soy trans"

Mientras su madre luchaba para que se activasen los protocolos, Adam comenzó en el instituto. El primer día, como suele ser habitual al iniciar una nueva etapa, todos los alumnos, en sus respectivas clases, se presentaron al resto de sus compañeros. Adam, como no podía ser de otra manera, hizo lo propio y no le tembló el pulso: "Hola, yo me llamo Adam y soy un chico trans".

Según relata Carmen, Adam le comentó que "todos los niños, al principio, le aceptaron, pero luego comenzaron a burlarse de él". En concreto, "fueron cinco niños" los que comenzaron a hacerle la vida imposible a Adam. Así empezó una historia de sufrimiento y terror.

"Le empecé a ver las marcas en las manos y en los pies"

"Él cogía, se encerraba aquí en su habitación, y yo me daba cuenta, le veía los suéters grandísimos, las chaquetas de manga larga que no se quitaba, entonces ya le empecé a ver las marcas en las manos, en los pies", así relata esa etapa la madre de Adam, que le preguntó a su hijo que estaba pasando. Al principio, Adam no quiso contárselo, pero, al insistir, acabó confesando: "hay unos niños que me están diciendo cosas".

Acto seguido, la madre acudió al instituto para hablar con los directivos del centro escolar. Cuando contó su situación, le respondieron que "esos niños no eran" y culparon a alumnos de otros centros, antes de señalar al propio Adam: "es que tu hijo también hace grupitos".

"Se intentó quitar la vida dos veces"

Carmen pidió al instituto que le diesen el teléfono contra el acoso escolar, pero no se lo dieron: "eso tienes que llamarlo tú". Finalmente, consiguió el número y llamó. Cuando acoso escolar fue al instituto, Adam no estaba: "mi hijo estaba en el Hospital Materno Infantil porque no paraba de cortarse las manos y los pies y había intentado quitarse la vida dos veces en mi casa".

Tras esto, el área de psiquiatría del Materno decide internar a Adam en un centro terapéutico de la conducta. Carmen no lo veía justo: "¿por qué tiene que internar ahí mi hijo? Deberían ir los que le hacen acoso". Adam internó en el centro en mayo de 2021, dos meses después, se ahorcó en su habitación.

"Desde ese día estoy muerta en vida"

El internamiento de Adam no fue fácil. A su madre, Carmen, le ponían dificultades para visitarlo y para hablar con él. "Me decían que tenía obligación de venir a verlo y de llamar 3 veces a la semana, pero no me dejaban hablar con él, siempre estaban ahí, como tapando", explica Carmen, que asegura que les trasladó que veía a su hijo "cada vez más apagado, lo veo muy triste, no es mi hijo". Le respondían que "no era nada", hasta que le dijeron que Adam "tenía una depresión muy fuerte".

"Dos meses después, me llaman y me dicen que se quitó la vida", relata emocionada Carmen, "me volví loca, loca, desde ese día yo estoy muerta en vida, no soy la misma, desde ese día, el 27 de julio de 2021, tengo un tratamiento muy fuerte, a veces me he intentado quitar la vida, pero pienso que si mi hijo me quiere aquí, es porque quiere que yo luche por él".

"Mi experiencia con el bullying fue lo peor"

Este martes, en las concentraciones contra el acoso escolar, el relato de Carmen no fue el único que se pudo escuchar, hubieron más, como el de Leire Núñez, una estudiante grancanaria, de 16 años, que sufrió bullying en sus primeros años de instituto, cuando apenas tenía 12 años, y relata el infierno que tuvo que vivir, con acoso en clase y también ciberacoso, y como, tras no tener ayuda de su instituto, tuvo que cambiarse de centro.

"Mi experiencia con el bullying fue lo peor, yo diría que es lo peor que le puede pasar a un niño", explicaba Leire, "yo entré en el instituto con 12 años, como una niña normal, y al principio no te das cuenta de en que momento empieza a pasar, todo parece ir bien, ir normal, hasta que de repente empiezan a dejarte de lado, a hacerte burlas indirectamente, a pasarse posits por toda la clase sin que te lleguen a ti".

"No eres nada, no eres nadie"

Leire Núñez confesaba que "te hacen sentir como si no sirvieras de nada, como si quisieras desaparecer, como si no pertenecieras a esa clase, a ese sitio, como si no pintaras nada, como si no valieses nada, no eres nada, no eres nadie" y aseguraba que "solo hacen que quieras desaparecer de todo, irte del mundo, llegar a tu casa para encerrarte".

Núñez, que ahora tiene 16 años, explicaba que buscó soluciones, pero no recibió ayuda de su centro: "primero en el instituto, no me ayudaron nada; después se lo conté a mi familia, ellos si me ayudaron, pusimos denuncias, porque también hubo ciberacoso, y al final la única solución fue tenerme que cambiar de instituto, tenerme que mudar, dejar todo eso atrás y tener que empezar de cero".

Núñez señalaba a su centro escolar: "a mí el instituto no me ayudó, se supone que activaron unos protocolos que luego descubrimos que no habían activado" y confiesa que la difusión de su caso en los medios de comunicación sirvió "para que la policía se moviera algo".

La respuesta al porqué

Núñez confesaba que hay una pregunta que le sigue atormentando a día de hoy, para la que sigue aún buscando respuesta y por la que está en tratamiento psicólogo y psiquiátrico: ¿por qué a mí? "No lo sé, es una pregunta que me sigo haciendo a día de hoy y que me repito mucho". Núñez confesaba que al principio pensaba que "tendrán un mal día hoy, les habré empezado a caer mal por algo, pero es algo que yo sigo sin saber a día de hoy".

Núñez, preguntada por si pensó, en algún momento, quitarse la vida, aseguraba que "no se me llegó a pasar por la cabeza como tal, porque gracias a Dios tengo una familia que siempre me ha apoyado en todo desde el momento uno, y no he pensado en suicidarme, pero si en desaparecer, ojalá irme de todo esto y dejar de sufrir". Núñez señala que "es algo que sufren y pasan muchos niños y, desgraciadamente, muchos no lo llegan a contar".

"No hagan bullying, tengan empatía"

Carmen Armas pide que "no hagan bullying, que tengan empatía, se los pido de todo corazón, porque mi hijo era un ángel". Carmen señala también a las familias: "la educación también viene de casa, que los padres hablen con sus hijos, que hablen con ellos, aunque no los vean tristes, que les pregunten si se ven acosados".

"Yo quisiera que hubieran más ayudas, que el Gobierno ponga más ayuda a los centros que están ayudando a los menores que sufren bullying, que haya charlas en los institutos, en los colegios, que no se callen, que haya ayudas", pide Carmen, que sentencia: "por favor, que esto se acabe ya porque el bullying mata".