La llamada que le cambió la vida al CB Canarias: "Debería contarla en un libro"

Santa Cruz de Tenerife

Félix Hernández recibirá el próximo 28 de noviembre el Teide de Oro que le ha concedido Radio Club Tenerife por sus méritos y trayectoria.

Antes de tan importante fecha para el dirigente más brillante de la historia del CB Canarias, pasó por la antena de la SER y compartió sus memorias como presidente.

Un día clave

El Canarias sube por méritos deportivos a la ACB, pero la propia organización vetó su acceso porque había que pagar un canon de unos cinco millones.

"Presentamos varias alternativas, incluso el pago en diferido, pero un club descendido se aferraba a los Estatutos para dejarnos fuera", relató Félix, que convocó a la prensa en la Casa de los Capitanes y, entre lágrimas, comunicó que no podrían disfrutar de la plaza en la máxima categoría obtenida de forma legítima en las canchas de la LEB.

"La mayoría lloramos, empezando por mí. Pero no se ha contado aún que fue diez minutos antes de empezar, que recibimos una llamada. Ahí se nos cuenta que existía la opción de comprar la plaza del Lucentum Alicante. Un contacto, un amigo nuestro en Madrid nos dice que hay que ponerse en comunicación con el juez que llevaba la administración concursal de esa sociedad", contó Hernández.

La reunión decisiva se produjo en una de las dos famosas torres de Madrid. "Viajé al día siguiente, nos dimos la mano y quise firmar algún acuerdo. Pero el juez me dijo: si a usted le vale mi palabra, a mí también". Y así fue como el CB Canarias accedió, por fin, a la mejor liga de Europa.

"Fue todo muy complejo y debería contarlo en un libro. Fue como hacer un máster de negociación y a lo mejor en un futuro puede servirle a alguien. Voy a ponerme a tomar notas, porque eso debería contarse".

Escucha la entrevista íntegra a partir del minuto 21.

Sus inicios

"Mi primer recuerdo del CB Canarias es como aficionado. Iba por las tardes al Luther King a ver al equipo, y los domingos por la mañana, también al Náutico. Tengo esa imagen de seguir al equipo debajo de la grada, donde apenas habían 1.000 personas aunque siempre íbamos 2.000. Me impresionaban los extranjeros, no solo los nuestros, también los rivales; ahí tendría 12 o 13 años. Mi madre me daba 25 pesetas para coger a la guagua, pero yo iba caminando desde El Portezuelo para así ahorrar y acudir a más partidos. Yo era un apasionado del deporte, sobre todo del baloncesto", respondió sobre sus inicios.

Guillermo Ramos fue quien le metió en el club. "Ahí es donde yo empecé a intimar, primero con el entorno y luego con la directiva. No me costó decir sí a la presidencia, porque Roberto (Marrero) dio un paso al lado; y yo de algún modo fui el más atrevido".

Su primera decisión fue "poner a Aniano (Cabrera) en modo full time".

Decir adiós

"La jubilación estaba prevista desde hace más de un año. Estoy dedicándome a hacer lo que quería, relajado y ofreciendo mi tiempo a mi madre, que está en un centro de mayores; y a los nietos, por supuesto", explica sobre su nueva vida.

"Después de 43 años consecutivos trabajando, tocaba descansar", sugiere Félix.