Malestar generacional

Santa Cruz de Tenerife

Como la realidad va tan, tan deprisa, ocurre que estamos viendo los efectos de algunos fenómenos antes de alcanzar a analizar las causas. Llevamos ya años, por ejemplo, hablando del malestar generacional de quienes han nacido en este siglo. Describimos con detalle su problemas de salud mental, sus dificultades para independizarse, y hablamos de una juventud que vive peor que sus progenitores. Un informe de la Fundación FOESSA para Cáritas acaba de poner cifras y nombre a esta realidad: los hijos de la crisis son los grandes perdedores de esta economía depredadora en la que más que vivir, la mayoría sobrevive. Toda una generación de excluidos sociales, que no encuentra el modo de integrarse en la sociedad. La desazón es tanta que no pocos se quitan de enmedio. Y es que la falta de expectativas les hace dudar de sí mismos. No tienen ni esperanza ni identidad, dos vacíos que deben llenar con algo. Y ahí están acechandolos, los extremistas. No podemos culparlos de que, sin una vida que vivir, opten por destruirlo todo.