Cae una red internacional de tráfico de menores entre Canarias y Francia
La Policía Nacional detiene a 11 personas en Lanzarote, Madrid y Las Palmas en el marco de la Operación Tritón

Imágenes de las detenciones y registros en Lanzarote dentro de la operación 'Tritón'. / Cadena SER
Arrecife
La Policía Nacional ha desarticulado en España una organización criminal dedicada al tráfico internacional de menores desde centros tutelados en Canarias hacia Francia.
La denominada Operación Tritón se ha saldado con la detención de 11 personas —nueve en Lanzarote, una en Madrid y otra en Las Palmas de Gran Canaria—, de las cuales cuatro han ingresado en prisión provisional acusadas de delitos relacionados con organización criminal, falsedad documental, contra los derechos y deberes familiares, encubrimiento y pornografía infantil.
Según fuentes policiales, la red operaba con una estructura transnacional y perfectamente organizada. Utilizaba rutas y contactos en Marruecos, Costa de Marfil y España para trasladar a menores y documentarlos fraudulentamente con el objetivo de introducirlos en territorio francés.
Desaparición de 13 menores
La investigación se inició tras la desaparición de 13 menores de un centro de Arrecife (Lanzarote) y uno más del centro de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), ocurrida entre noviembre de 2024 y mayo de 2025. Ante la gravedad de los hechos, la Policía activó un dispositivo especial para esclarecer su paradero.
En mayo de 2025, los agentes interceptaron en el aeropuerto de Lanzarote a tres menores acompañados por un ciudadano mauritano adulto que intentaba embarcar con ellos rumbo a Madrid.
Tras comprobar que los jóvenes se encontraban bajo tutela institucional y que su traslado carecía de autorización y documentación válida, el hombre fue detenido junto con una de las menores, que resultó ser mayor de edad, por delitos de falsedad documental, sustracción de menores y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
Así operaba la red
Las posteriores diligencias permitieron destapar una red criminal jerarquizada con funciones definidas: desde el traslado y cruce de fronteras hasta la falsificación de documentos y la acogida temporal de los menores en territorio español antes de su paso a Francia.
En Marruecos, la organización contaba con logística para facilitar el tránsito; en Costa de Marfil, con una red de falsificadores; y en España, con infraestructura para ocultar y preparar a los menores antes del traslado definitivo.
Durante la fase de explotación de la operación, la Policía practicó dos registros domiciliarios en Lanzarote, incautando documentos, efectos personales, dispositivos electrónicos y dinero en efectivo.
La investigación sigue abierta con el objetivo de localizar a los menores desaparecidos y reforzar la cooperación internacional con las autoridades de los países implicados.
Fuentes policiales destacaron la “importancia de la coordinación entre unidades nacionales e internacionales para combatir este tipo de delitos que atentan directamente contra los derechos fundamentales de los menores”.




