Sobre lo que es una dictadura y lo que no
El Enfoque de Francisco Pomares en La SER en Canarias

Sobre lo que es una dictadura y lo que no
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Santa Cruz de Tenerife
El domingo el Partido Popular celebró su séptima manifestación contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Protestar es legítimo. Pero el domingo, ante miles de personas, Isabel Díaz Ayuso y Martínez Almeida afirmaron que España vive en una dictadura. Eso es falso: en una dictadura no habría jueces investigando al poder, ni un Fiscal General inhabilitado, ni políticos criticando al presidente desde un escenario con micrófonos y cámaras.
Es cierto que el sanchismo acumula rasgos inquietantes. Ha condicionado la Fiscalía, la televisión, el CIS, el servicio diplomático… Ha gobernado de manera obsesiva a golpe de decreto, ha colonizado las instituciones con gente servil, ha despreciado la rendición de cuentas parlamentaria y ha defendido reformas legales pensadas para proteger intereses inmediatos, más que principios estables. Ahí están los cambios en el proceso penal para entregar la instrucción a fiscales jerarquizados, o la amnistía, cuestionada por Bruselas por no responder al interés general. O las operaciones para controlar el Constitucional –ahora domesticado por Conde-Pumpido- y el Consejo General del Poder Judicial.
El de Sánchez es un Gobierno con tentaciones autoritarias, alérgico al control y amante del poder prolongado. Pero que un Gobierno trate de controlar el sistema no significa que la democracia haya sido sustituida por una dictadura. La exageración emocional es eficaz en los mítines, pero resulta letal para la cultura cívica. Porque la democracia es un constructo frágil: se sostiene en la ley, pero vive del lenguaje.




