Sociedad

Una isla colapsada por la ropa usada: 200 toneladas sin solución en La Palma

La Palma genera más de 200 toneladas de residuos textiles al año y la Fundación que lo gestiona dejará de hacerlo, nadie sabe qué pasará a partir de ahora

Entrevista a Fernando González, gestión de residuos en una isla

Santa Cruz de La Palma

Más de doscientas toneladas de residuos textiles. Esta cantidad corresponde exclusivamente a la ropa que se ha venido depositando en los contenedores blancos y que gestiona la Fundación Isonorte, que trabaja con personas en riesgo de exclusión. La ropa, una vez seleccionada y tratada, se pone a la venta en las tiendas de segunda mano generando diez puestos de trabajo. Sin embargo, este sistema ha tocado a su fin. Desde la Fundación Isonorte han anunciado la retirada de estos contenedores y la gestión puerta a puerta respondiendo a las llamadas de particulares. Esto supondrá que se gestionarán solo unas diez toneladas quedando ciento noventa toneladas sin un destino específico y sin un lugar para el tratamiento de residuos textiles.

Un problema de competencia municipal

La isla ya tiene problemas con otros como los residuos peligrosos, como el amianto, para los que no existe una empresa autorizada y que requiere de protocolos de seguridad específicos. Ahora se suman también el textil. La Fundación Isonorte dejará de recoger la ropa usada retirando los sesenta contenedores blancos distribuidos por la isla y en los que la población dejaba todo tipo de prendas.

Esta recogida suma doscientas toneladas al año, sin embargo, una parte importante de esa ropa no tiene valor comercial, por lo que es desechada. Esto, según explica Eduardo Calderón, responsable de Isonorte, supone un coste a la Fundación de más de cinco mil euros mensuales, algo inasumible para una organización no gubernamental que traba con personas en riesgo de exclusión.

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La recogida de estos residuos es competencia de los ayuntamientos, sin embargo, la Fundación Isonorte lo ha venido haciendo de forma gratuita y advirtiendo, desde hace tres años, de la imposibilidad de continuar haciéndolo. Ante la falta de alternativas, Isonorte ha decidido recoger la ropa puerta a puerta atendiendo a las llamadas específicas, seleccionando la ropa en los propios domicilios y conservando solo aquella apta para su tratado y puesta a la venta como ropa de segunda mano. El resto quedará en manos de sus propietarios generando así un volumen de residuos textiles que tendrá que gestionarse en los puntos limpios.

Otros usos para el textil: la construcción

Según explican desde Isonorte, el tratamiento de la ropa desechada es complejo ya que las prendas están confeccionadas con una mezcla de materiales y tintes que hacen imposible su separación y posterior reciclado. Desde el Cabildo dan la razón a Isonorte, “la competencia es de los ayuntamientos”, explica Fernando González, consejero insular de Residuos que, además, entiende la incapacidad de la Fundación de hacer frente al coste que supone enviar los residuos textiles fuera de la isla para su tratamiento. Para ello se busca una solución en la propia isla.

La Palma estudia la reutilización de ropa usada para elaborar otros derivados como lonas para la construcción, envoltorios de agricultura o la protección de fachadas. Un proyecto que desconocen ayuntamientos como Puntagorda o Los LLanos de Aridane. Vicente Rodríguez (PSOE), alcalde de Puntagorda, asegura no conocer esta iniciativa, a pesar de “estar en la última reunión del Consorcio de Residuos donde estamos todos los municipios de la isla”.

Entrevista a Eduardo Calderón, Fundación Isonorte

Recuerda que la competencia de los ayuntamientos es la recogida de los residuos, pero solo los municipios con más de 20 mil habitantes tienen también las competencias en su gestión. Esto señala directamente al ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, el único con más de 20 mil habitantes de la isla. Arón León (PP), concejal de Participación de Los Llanos de Aridane, reconoce que “La Palma tiene un problema grave” con la gestión de residuos.

Ven con buenos ojos el estudio de la gestión del textil en la isla. Sin embargo, hasta conocer la viabilidad y su puesta en marcha, “¿qué hacemos?”. La respuesta es rápida, “subvencionar la salida fuera de la isla de estos desechos”. Afrontar los más de cinco mil euros mensuales que venía aportando la Fundación Isonorte para sacar los restos de ropa usada sin valor comercial. “Es una cuestión económica”, añade Vicente Rodríguez.

Solo el contenedor gris ochenta toneladas de residuos cada día

En La Palma se reparten contenedores de manera estratégica y conjunta. De manera que los residuos generados en origen (en los hogares) tienen disponibles estos puntos para separar el vidrio, el papel y cartón, los plásticos y envases, los restos orgánicos o el aceite. El contenedor gris correspondería a esa ‘fracción resto’ de residuos que no tienen un contendor específico para su depósito. Sin embargo, solo en del contenedor gris se recogen ochenta toneladas al día en la isla.

Este dato corresponde exclusivamente al contenedor gris. El resto que queda separado en sus contenedores correspondientes, empacado en contenedores y trasladado para su gestión fuera de la isla. El contenedor gris sigue siendo “el reto” para la población, explica el consejero insular de residuos, Fernando González, donde se encuentra un alto porcentaje de residuos que pueden ser depositados en otros contenedores. Aproximadamente entre el sesenta y setenta por ciento.

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Esto supone un riesgo para el colapso del Complejo de Los Morenos, que ya en la legislatura anterior fue necesario invertir 1,2 millones de euros para ampliar una nueva celda. Solo unos años después, el Cabildo ya está tramitando la expropiación de nuevos terrenos para una nueva celda en el Complejo Ambiental.La población sí ha mostrado su concienciación con el vidrio. El contenedor verde “está ya asimilado”, explica Fernando Gonzáles, sin embargo, sigue siendo un reto el papel y cartón y el buen uso del contenedor gris.

En La Palma existen Puntos Limpios comarcales de uso gratuito para la población que abren los siete días de la semana. Pero se trata de puntos destinados a los residuos domiciliarios. Algunos ayuntamientos asumen la retirada de mobiliario y enseres previa cita, aun así, un territorio limitado con un Complejo Ambiental colapsado sigue buscando la fórmula para cumplir con las directrices europeas que establecen que en el año 2030 esa fracción resto, lo que se destina en el Complejo Ambiental, solo podrá alcanzar el 10% del total. Esto supone la necesidad de adaptar las ordenanzas municipales.

Quien más genera, pagará más

En La Palma es el Consorcio de Residuos quien se encarga de esa recogida de residuos en el ámbito insular. Desde el Consorcio se ha trasladado un modelo de ordenanza que no todos los ayuntamientos han asumido. Esto supone que cada municipio deberá pagar al Consorcio por la cantidad de basura que se destine el Complejo Medio Ambiental. En una suerte de efecto en cadena, esto supondrá un incremento de las tasas municipales por este concepto y, en consecuencia, un mayor coste para los habitantes de los municipios que más residuos generan. Y surge una cuestión, ¿esa tasa debe ser igual por domicilio o en función del número de miembros de la unidad familiar?

El consejero insular, Fernando González, entiende que “no es justo que pague lo mismo una persona que vive sola que una familia de cinco miembros”. Al mismo tiempo, ese incremento de tasas en función de la generación de residuos se muestra también como una medida disuasoria para separar en origen. Es decir, que cada hogar se implique en la separación selectiva antes de depositar residuos en el contenedor gris, reduciendo éste y así el total que llega al Complejo Ambiental prolongando su vida útil.