Canarias pone precio a la peste: sanciones y clausuras para quien contamine el aire

Santa Cruz de Tenerife

Canarias termina el año con dos nuevas normativas que persiguen mejorar la calidad del aire en el Archipiélago. La última, publicada este mismo lunes en el BOC, establece la nueva zonificación de la calidad del aire en Canarias, sin actualizar desde hace diez años. Esta zonificación, adaptada a la directiva europea, divide el archipiélago en varias zonas: dos aglomeraciones urbanas (Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz-Laguna), zonas insulares agrupadas (Fuerteventura-Lanzarote; La Palma-La Gomera y El Hierro) y zonas específicas para el resto de Tenerife y Gran Canaria. El documento divide el territorio para medir, evaluar y gestionar la calidad del aire en el territorio. No obstante, este documento no regula las emisiones de instalaciones, sino que establece el modo de medir esas emisiones.

La gran novedad: Canarias regula los olores como contaminación

El Gobierno de Canarias también ha publicado el Decreto 185/2025 que endurece el control de emisiones en la industria. Esta normativa pionera introduce algo inédito: la regulación de la contaminación por olores. La norma clasifica las actividades que generan olor en tres niveles.

Olores que generan molestia alta: mataderos, refinerías, gestión de residuos, tratamiento de aguas residuales.

Olores que generan molestia media: procesado de carne, ganadería intensiva, procesos lácteos, fabricación de cerveza.

Olores que generan molestia baja: panaderías industriales, confiterías, tostado de café.

Las instalaciones deberán presentar planes de minimización de olores, y el órgano competente podrá exigir estudios específicos y medidas correctoras. Es más, la normativa obliga a llevar un registro de quejas por olores y de hecho, se contemplan sanciones muy duras que van dese multas hasta clausuras temporales o definitivas. Las instalaciones que emitan este tipo de olores tienen tres años a partir de ahora para adaptarse y cinco para cumplir los límites que establece la Ley.

¿Cómo se determinan esos límites? Cada categoría de olores tiene valores objetivo de inmisión: 3, 6 y 9 UOE/m³ (unidades de olor europeas), medidos con metodología UNE EN 13725 y modelos de dispersión reconocidos internacionalmente. Con ello se objetiviza el impacto. De este modo, la consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias lanza un mensaje claro: respirar sin olores es un derecho, y quien lo altere pagará las consecuencias.

El decreto no solo regula los malos olores

El decreto de protección de la atmósfera hecho público por el Gobierno de Canarias va más allá de los malos olores: regula todo el ciclo de control de la contaminación atmosférica en Canarias. Contempla reglamentos que van desde desde la autorización de actividades hasta la medición, inspección, sanción y transparencia, con especial atención a olores, emisiones difusas y focos canalizados. Es una norma valiente de Transición Ecológica que refuerza la salud pública, la calidad del aire y la participación ciudadana.

"Lo que hemos es dividir el territorio en zonas y aglomeraciones para medir, evaluar y gestionar la calidad del aire en nuestro territorio", ha dicho Mariano Hernández Zapata, consejero del ramo. "El decreto de protección de la atmósfera es una norma reglamentaria de rango superior que regula emisiones a la atmósfera y afecta especialmente a instalaciones potencialmente contaminadoras", añade Zapata. "El trabajo que se reviene realizando es importante y estos documentos son un fiel reflejo de ello", zanja.