La crisis de la vivienda en Canarias se agrava: "Hay personas con más de 60 años que comparten piso"

La crisis habitacional en Canarias se agrava. La escalada de los precios en la vivienda no da tregua y deja a un sector de la población cada vez más amplio sin apenas opciones. Una situación que está afectando también a personas mayores con contratos antiguos de alquiler que se ven expulsadas de sus vivienda al no renovarle sus contratos. Esto está empujando a muchos de ellos a recurrir a alquilar habitaciones.

Según el último informe del Consejo General del Notariado, en las islas el metro cuadrado se situó en octubre de media en 2.055 euros, un 7% más respecto al mismo mes del año anterior. Aunque la compraventa de viviendas se redujo durante ese periodo en casi un 2%, durante ese periodo se registraron 2.133 operaciones inmobiliarias. Es decir, se venden menos viviendas, pero cada vez son más caras. Un escenario que deja a un sector cada vez más amplio de la población sin posibilidades para acceder a una casa.

En concreto, jóvenes, sobre todo mujeres con menores a su cargo, migrantes y cada vez con mayor frecuencia personas a las que los arrendatarios deciden no renovarles el contrato de alquiler. La opción que les queda, alquilar una habitación. "Es un fenómeno nuevo relativamente, pero se está incrementando en la medida en que muchos contratos de alquiler van caducando", advierte Víctor Martín es del Sindicato de Inquilinos de Tenerife.

Y los precios para alquilar una habitación rondan entre los 300 euros y los mil euros. Si tomamos como referencia el portal inmobiliario Idealista.com, sólo en Las Palmas de Gran Canaria se ofertan cerca de 400 alquileres de habitación. Una modalidad a la que ahora se incorporan los más mayores que, en muchos casos, se ven expulsados de sus viviendas al no renovarse sus contratos antiguos de alquiler, mucho más baratos.

Mayores compartiendo casa

Isa Talavera, portavoz de pensionistas de Gran Canaria asegura que "hay mucha gente que después de los 50 o 60 años están compartiendo piso como si tuvieran 18 años. Estamos viendo personas mayores que no tienen su espacio, que a lo mejor tienen que compartir su habitación con sus hijos y su nietos".

Es uno fenómeno que ya abarca a amplios sectores de la población, ciudadanos que no se arriesgan a pagar un piso entero porque los precios son inalcanzables cuano los salarios son muy justos para llegar a fin de mes. Es el caso de Raquel, autónoma con cerca de 40 años que no lo quedó más remedio qeu compartir una casa con otros inquilinos. "No me imaginé que trabajando y teniendo esta edad tuviera que compartir piso porque no puedo arriesgarme a alquilar una vivienda a los precios desorbitados que están y verme ahogada porque no pueda pagarlo", lamenta.

María, tiene la misma edad pero se resiste, de momento, a alquilar una habitación, por lo que ha optado por regresa a casa de su madre donde vive con su sobrina. "No pierdo la esperanza pero prefiero seguir en casa de mi madre que ir a cualquier sitio para estar peor y vivir con extraños", aseguró.

Desde la Asociación Derecho al Techo critican esta solución habitacional, porque considera que se trata de una explotación encubierta que expulsa a muchas personas de sus barrios y de su ciudad.