Carlos García: "La principal fortaleza de Cantabria es su territorio, su orografía, pero si lo hormigonas no"
El secretario general de ARCA asegura que la principal amenaza que sufre la región actualmente es la posibilidad de construir en suelo rústico

ENTREVISTA A CARLOS GARCIA, SECRETARIO GENERAL DE ARCA, SOBRE LA LEY DEL SUELO
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Santander
Un terreno fértil, que se ha cuidado durante siglos para usos distintos, si se sella con hormigón es imposible de recuperar, insiste Carlos García, secretario general de la Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria (ARCA). La modificación de la Ley del Suelo, que permitirá construir en suelo rústico a una distancia máxima de 100 metros del núcleo rural -la actual lo establece en 200 metros- se encuentra en tramitación parlamentaria. "No se trata de a cuánta distancia se puede construir, se nos vende que es mejor esta ley porque reduce la distancia" dice García, pero lo relevante es que "esa anormalidad que otras comunidades no consienten aquí se va a mantener como algo normal". Esto, continúa, "junto al uso indiscriminado que puede ser la instalación de polígonos industriales eólicos en las cumbres de las montañas es una amenaza que, por su carácter irreversible, es ahora mismo muy preocupante" y asegura que, además, se abandona la rehabilitación de viviendas en pueblos con muchas casas vacías.
En cuanto a las posibles soluciones, apunta que hay que buscar nuevos usos para ese medio rural acorde a la naturaleza: "Aquí tenemos la posibilidad de reorientarlo hacia la producción agropecuaria, hortofrutícola, industria de la madera, industria agroalimentaria, pero no mates el recurso, el suelo fértil". En este sentido, afirma que al territorio rural le debemos la vida en las ciudades, pues es el que surte de agua, alimentación y oxígeno, "así que mucho cuidado con lo que haces con ese medio, no transformarlo es la primera directriz que nos da la Unión Europea, no sellarlo, y aquí vamos al revés".
Destaca, asimismo, el modelo de Gran Bretaña, pues asegura que le llamó la atención ver la dureza con la que allí se impedía construir viviendas en el medio rural: "Allí la crisis era terrible y me sorprendió ver cómo estaban quitando campings y paseos marítimos a cambio de una línea de cinco opciones dentro de las cuales una de las más prometedoras era la subvención para plantar haya, pino, etcétera; fomentaban las ferias regionales, el cultivo de proximidad, cultivos con denominación de origen..."
Por último, finaliza poniendo de relieve que la gran fortaleza de Cantabria es su propio territorito: "Un territorio de montaña escalonado hacia el océano y las características de sus valles cerrados que van cayendo hacia el mar la hace enormemente potente a la hora de regenerar masas forestales, fauna, flora y biodiversidad, pues puede ser agredida en algunas zonas pero su orografía la hace proclive a que su fauna y flora pueda refugiarse en caso de agresiones múltiples y puedan volver a repoblar", y concluye insistiendo en que "nuestro territorio es muy poderoso, tiene una gran capacidad de aguantar y rebrotar pero si lo hormigonas no".




