Yolanda Jubete: "Escuchar el latido del feto y hacérselo ver en 4D es traumático para la mujer que quiere abortar"
La jefa de Ginecología de Valdecilla asegura que un 30% de los partos de 2022 en Cantabria fueron de mujeres de entre 36 y 40 años
Santander
14 semanas. Es lo máximo para solicitar la interrupción voluntaria del embarazo. En Cantabria se sigue el protocolo que la consejería de Sanidad aprobó en 2019. En este sentido, si una mujer con intención de abortar cumple este requisito temporal de gestación, desde el servicio de ginecología del Hospital Marqués de Valdecilla le aportan información sobre el resto de condiciones para interrumpir un embarazo, métodos, centros donde se puede realizar en Cantabria o qué tramites deben seguir. Asimismo, se les entrega un sobre con otras informaciones, elaboradas por la dirección general de Salud Pública, sobre ayudas públicas y derechos laborales. A partir de ahí, comienza un plazo de 72 horas de reflexión y, cuando acude a confirmar su deseo de abortar, los profesionales confirman que el embarazo está dentro del útero, condición indispensable para llevar a cabo esta práctica, y también si el feto tiene latido. Sin embargo, en ningún caso -como propone el gobierno de Castilla y León- se le hace escuchar este latido a la mujer ni tampoco se le hace una ecografía en 4 dimensiones. "Por supuesto, no se le enseña a la madre el latido y lo que es completamente irracional y va en contra de la ciencia es hacer una ecografía en 4D, que tiene unas utilidades muy seleccionadas y nunca es en el primer trimestre", afirma Yolanda Jubete, jefa del servicio de ginecología del hospital Marqués de Valdecilla. Además, continúa, "escuchar un latido y hacérselo ver es traumático para la mujer".
Las mujeres que acuden a abortar, explica Jubete, "conocen a lo que vienen y lo que quieren saber es si van a sufrir y si van a tener consecuencias en su fertilidad posterior". En estos casos, se usa un método farmacológico no invasivo, sin intervenciones de tipo quirúrgico, por lo que no debería complicar su futuro reproductivo.
Embarazos tardíos
En primer lugar, un embarazo tardío se considera cuando la mujer excede los 35 años de edad, ya que a partir de ahí es menos fértil, los tejidos son menos distensibles y el parto más complicado. Hasta ahora, a las mayores de esa edad se las consideraba "primíparas añosas", mujeres que nunca habían tenido un parto y estaban por encima de los 35, explica Jubete, que reconoce que "ahora quizá tengamos que pensar mas en los 38 años, porque es la edad en la que la mujer, sobre todo sus ovarios, entran en estado de madurez".
Sin embargo, dado el contexto social y laboral, actualmente "atendemos bastantes peticiones de mujeres que están por encima de los 40 años que, bien porque están con segundas parejas o porque aún no han satisfecho sus deseos reproductores, quieren quedarse embarazadas". En este sentido, asegura que muchas se quedan e, incluso, de forma espontánea. Tanto es así que, de los 2.679 partos que se atendieron en la comunidad en 2022, el 30% estaban entre los 36 y 40 años y casi 200 fueron de mujeres de más de 41 años. En estos casos hay un mayor riesgo. Al ser más mayores, suelen ser mujeres más obesas, con mayor probabilidad de presentar cuadros de hipertensión o diabetes. Además, "muchas de ellas vienen de tratamientos de reproducción asistida por lo que ahí sumamos los riesgos de esta práctica", indica la jefa de ginecología de Valdecilla.
Y en cuanto a la adopción, muy pocas la contemplan. "Tan solo cuando ya se han sometido a los tratamientos de reproducción asistida y no han tenido éxito se encaminan hacia una vía de adopción".
Carolina Gutiérrez
Redactora de Informativos. Graduada en Periodismo...