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Crean en Cantabria el Observatorio de la Violencia Obstétrica para luchar contra este "problema sistémico"

Este espacio, que tendrá su método de contacto a través del correo electrónico ovocantabria@gmail.com y que se ha llevado a cabo en colaboración con el OVO de España

Santander

Un grupo de profesionales sanitarias con experiencia en atención a la salud sexual y reproductiva de las mujeres han puesto en marcha el Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO) de Cantabria, un servicio que pretende luchar contra este problema "sistémico y estructural" de la sanidad ofreciendo un espacio de escucha, acompañamiento y asesoramiento a las mujeres y familias que creen haber sido víctimas de malas prácticas médicas durante los embarazos, partos u otros procesos relacionados.

Este espacio, que tendrá su método de contacto a través del correo electrónico ovocantabria@gmail.com y que se ha llevado a cabo en colaboración con el OVO de España, se ofrece además a los profesionales que también se han visto afectados al presenciar la violencia obstétrica o incluso al haber sido partícipes.

La iniciativa ha sido presentada este viernes en la sede de UGT Cantabria por la ginecóloga y miembro del OVO de España Charo Quintana; la matrona en el SCS Aurora Otero; y Mariana Jácome, una madre afectada por estas prácticas; quienes han señalado que otro de los objetivos del OVO de Cantabria es que se produzca la intervención del Servicio Cántabro de Salud (SCS) para que los problemas detectados puedan ser adecuadamente "canalizados y subsanados".

Según ha señalado Quintana, pese a los "pasos importantes" que se han dado en los últimos tiempos en España y en Cantabria hacia un modelo de atención al parto menos intervencionista, aún queda "mucho camino por recorrer" en un problema que tiene "consecuencias físicas y psicológicas" para las mujeres afectadas.

En este sentido, ha detallado que la tasa de cesáreas en España y en Cantabria se encuentra muy por encima del 10-15% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que varía según los hospitales.

En concreto, en 2021, la región contaba con un 21,53% en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla; un 16,3% en Laredo; y más de un 51% en el Hospital de Mompía; mientras que a nivel nacional se situó, en 2020, en el 24,88%.

Por otro lado, también han calificado de "muy reveladores" los resultados de un trabajo basado en 17.541 encuestas realizado por unas investigadoras españolas entre enero de 2018 y junio de 2019, que refleja que algo más del 44% de las mujeres creía haber recibido procedimientos "innecesarios o dañinos" durante sus partos, en más del 83% de los casos no se les pidió su consentimiento y algo más del 38% consideraba que había sido víctima de violencia obstétrica.

Y es que el consentimiento es uno de los conceptos en los que más han hecho hincapié las profesionales sanitarias, ya que, en muchas ocasiones, todos los partos o embarazos se han tratado "de la misma manera" sin tener en cuenta las características de cada persona y basándose en una "confianza ciega en la intervención y en el parto tecnológico" debido a una "cultura profesional" instaurada en la sociedad que cree que el pacto intervenido "evoluciona mejor".

"Por eso es una violencia simbólica, porque ya viene la sumisión implícita", ha explicado Quintana, ya que, a su juicio, existen estas "creencias sociales" de todos, incluidas las mujeres y los profesionales, quienes "hemos sido adoctrinados" y "hemos tenido que hacer una larga travesía por el desierto con experiencias personales en nuestras maternidades" para entender que se tiene que cambiar el modelo de atención y "respetar la fisiología y las necesidades de cada mujer".

Respecto a los avances, Otero ha puesto el foco en la disminución de los datos en la realización de episiotomías, habiéndose practicado en 2021 en el 8,63% de los partos vaginales en Valdecilla y en el 9,65% en Laredo.

También ha subrayado que ha tenido lugar un "importante avance" cuando el 68,64% en Valdecilla y el 73% de los partos en Laredo ha sido atendido exclusivamente por matronas, así como el contacto piel con piel inmediato tras el nacimiento entre la madre y su hijo, que "es también muy respetado", llevándose a cabo en el 100% de los de los partos en Laredo y en el 74,56% en Valdecilla.

Y las cesáreas humanizadas, aquellas en las que la mujer está acompañada en quirófano por la persona de su elección, puede ver el nacimiento de su criatura y realizar contacto piel con piel y la primera toma, también se realizan con frecuencia.

Con todo, este nuevo organismo pretende dar a conocer la violencia obstétrica, entendida por la OMS, Naciones Unidas, el Consejo de Europa y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), entre otros, como una forma de violencia "invisibilizada" que ejercen los sistemas de salud "apropiándose del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres" con un trato "deshumanizador" en la medicalización de los procesos naturales del embarazo, interviniendo "innecesariamente" y "no respetando los tiempos que requiere el parto para desarrollarse con normalidad".

 
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