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La Fiscalía de Cantabria se persona en el caso de las vacas muertas en San Roque de Riomiera

Está siendo instruida por el Juzgado número 1 de Medio Cudeyo y los dueños de los animales empiezan a "ver un poco la luz" tras el suceso

Santander

La Guardia Civil continúa investigando lo ocurrido en torno a las 25 vacas que hace un mes aparecieron muertas, encerradas en una cabaña de Carcabal, en San Roque de Riomiera, sin que hayan trascendido avances o novedades de las pesquisas llevadas a cabo por la Policía Judicial.

Mientras, la Fiscalía de Cantabria se ha personado en la causa, que instruye el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Medio Cudeyo, tras la presentación de la correspondiente denuncia ante este órgano, han informado fuentes judiciales y del instituto armado a Europa Press.

Por su parte, los dos dueños de las reses -25 fueron halladas sin vida y tres se rescataron vivas- comienzan a "ver un poco la luz" después de este suceso, que les ha obligado a "empezar de cero".

Así se lo ha trasladado a esta agencia uno de ellos, Rubén Fernández, que tan solo llevaba tres meses incorporado a la actividad ganadera cuando se produjeron los hechos. "Tuve un estreno malo y tengo que empezar de nuevo", ha reconocido.

Al respecto, agradece los ánimos de la gente y las ayudas, tanto las prometidas por la administración -aunque "a corto plazo no hay nada"- como las que van llegando a través de organizaciones agrarias o las que se prevén recaudar con actos programadas al efecto.

Con todo, y después de unos primeros días que fueron "un sinvivir" y en los que no daban "crédito a lo que estaba pasando", estos jóvenes ganaderos empiezan "poco a poco" a retomar su actividad.

En el caso de Rubén Fernández, lo está haciendo con las vacas de sus padres y, también, "comprando alguna" más, porque "solo queda mirar para delante", ha indicado.

Hechos

El rescate se produjo en la madrugada del 31 de julio, después de que una treintena de vacas aparecieran encerradas en la cabaña, 25 de ellas muertas. Algunas mostraban signos de violencia, como heridas y cortes, por lo que la Guardia Civil no descarta ninguna hipótesis sobre las causas del suceso.

El domingo por la mañana los dos ganaderos dueños de los animales habían ido a ver a entre 30 y 35 vacas que estaban pastando en terrenos de su propiedad y no las encontraron. Comenzaron a buscarlas y finalmente, a primera hora de la tarde, localizaron a las reses hacinadas y algunas muertas en una cabaña de piedra, con tejado de teja, que no era suya y cerrada por dentro.

El Centro de Atención a Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria recibió aviso del suceso minutos antes de las 16.00 horas del domingo y movilizó a efectivos del propio servicio de emergencias autonómico y a agentes de la Guardia Civil.

A la llegada de los medios a la zona se comprobó que se trataba de una situación muy compleja, en la que cerca de 30 reses, en su mayoría ya muertas, se encontraban hacinadas en un pequeño espacio, con una atmósfera no respirable y condiciones de salubridad comprometidas.

Ante estos hechos, el 112 solicitó apoyo del parque de bomberos de Torrelavega y la dotación de material adecuado para la intervención. Al lugar acudió también personal de la Consejería de Ganadería del Ejecutivo.

Con trajes especiales y equipos de respiración autónoma los bomberos, en una difícil intervención, extrajeron los cuerpos de 25 vacas muertas y consiguieron salvar a tres que permanecían con vida en el fondo del invernal, donde se ubicaba una pequeña ventana que les dotaba de oxígeno.