Cantabria registró el pasado año 32 casos nuevos de VIH y mantiene una línea descendente
Mañana, 1 de diciembre, se celebra el Día Mundial del VIH
Santander
Cantabria registró el pasado año 32 casos nuevos de VIH y mantiene una línea descendente en el número de nuevas infecciones en los últimos años, y también se ha avanzado en el tratamiento, con fármacos cada vez más eficaces y con menos efectos secundarios.
"Es un problema que no tiene las cifras que tenía hace unos años. Tenemos la gran ventaja de que es una enfermedad que se ha podido controlar", explica a EFE el jefe de servicio de Salud Pública de la Consejería, Luis Viloria.
Mañana, 1 de diciembre, se celebra el Día Mundial del VIH. Y con este motivo, el martes Valdecilla va a celebrar una jornada para actualizar la situación de las ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) y del propio VIH, con acceso libre previa inscripción.
Viloria insiste en los pasos que se han dado en VIH y destaca que hay medicamentos que empezaron a aparecer sobre todo a principios de los años noventa, que se generalizaron en esa década, y que "han permitido que la enfermedad, que antes era mortal, se haya convertido en crónica".
"Quien adquiere la infección hoy día sabe que por lo menos hay medicamentos, eso sí, con los que va a tener que convivir siempre. Pero hemos convertido lo que era una enfermedad mortal en una enfermedad que se puede controlar perfectamente", destaca.
La transmisión también "se consiguió disminuir" mucho, con lo cual "ya desde hace muchos años el número de contagios que se pueden producir con nuevos casos de infección por VIH han ido bajando de una manera muy importante".
En 2023, Cantabria registró 32 casos nuevos de VIH. Son unos números que, según Viloria, "están dentro de una normalidad respecto a otros territorios" y si se comparan las distintas comunidades en función de la población.
La región está "un poco por debajo de la media", con menos frecuencia de la enfermedad que en otras regiones.
Además, en los últimos años incluso ha bajado la cifra, y también está en descenso en todo el territorio nacional. "Hace unos años, en vez de tener 32 casos como ahora, podíamos estar hablando de unos 50 ó 60 casos al año como casos nuevos", apunta.
Transmisión, sobre todo por vía sexual
La transmisión en este momento prácticamente es por vía sexual.
"La transmisión que había antaño a través del material que se usaba para pincharse drogas, aunque todavía puede aparecer algún caso de este tipo, es cada día menos frecuente. Prácticamente casi todos los casos que hemos tenido los tenemos documentados como de transmisión sexual", asevera Viloria.
El jefe de servicio de Salud Pública advierte, con todo, de que no es una enfermedad que se transmita con facilidad. "Eso es lo primero que tenemos que tener muy claro, y esos miedos que había a relacionarse con gente que pudiera estar infectada es algo que tenemos que ir quitándonos de la cabeza", subraya.
La enfermedad se transmite a través de la sangre o de las secreciones en relaciones sexuales, por lo que, insiste, lo aconsejable es tener sexo con protección si es con personas que puedan estar infectadas o ser desconocidas.
"Normalmente los pacientes que saben que tienen esa infección suelen ser lo suficientemente prudentes como para saber cómo tienen que evitar el contacto de su sangre con el resto de las personas para evitar el contagio", señala.
El tratamiento ha avanzado
El tratamiento de la enfermedad también ha avanzado mucho en estos años. Antes era "muy agresivo" porque los primeros medicamentos que se empezaron a utilizar, en los años noventa, "tenían muchísimos efectos secundarios".
"En estos 30 años que llevamos ya con terapias antirretrovirales, que es como se llama a este tipo de medicamentos, se ha conseguido que cada vez tengan menos efectos secundarios, y que sean más fáciles de administrar y mejor tolerados. Se tiene que tomar menos cantidad de pastillas y se va mejorando en la eficacia del medicamento y en la comodidad para el paciente", indica Viloria.
Hoy día "los efectos secundarios son muy pequeñitos" y los problemas aparejados, cada vez menores.
"Tenemos ya varias generaciones de antirretrovirales. Según va apareciendo un fármaco nuevo, se van dejando de utilizar los más antiguos. Es un campo que está progresando muchísimo", añade.