Una bomba artística cae en Torrelavega: Octubre denuncia la guerra desde el corazón urbano

Una enorme bomba de más de seis metros de longitud ha “caído” en plena Plaza Mayor de Torrelavega, pero no es un artefacto bélico real, sino la nueva instalación artística de la Asociación Cultural Octubre. Bajo el título “¿Y si cayera aquí?”, la pieza central de esta propuesta cultural y reivindicativa busca interpelar a los ciudadanos sobre el impacto de las guerras y el preocupante rearme a escala global, situando en el epicentro del debate una pregunta inquietante: ¿Qué ocurriría si el conflicto llegara hasta nuestras calles?

La instalación, fruto de un año de planificación y un mes de intenso trabajo artístico colectivo, combina escultura, fotografía, pintura, maquetas y montaje escenográfico. En el interior de la gran bomba se han dispuesto ventanas a través de las cuales los viandantes pueden contemplar diferentes escenas que representan el dolor, la destrucción y el éxodo provocados por los conflictos bélicos. El arte como denuncia toma así el espacio público para sacudir conciencias y generar reflexión.

“Queremos mostrar que las guerras no están tan lejos como parece, y que cuando se destina dinero al rearme, se está quitando de otras áreas vitales como la sanidad, la educación o la vivienda”, explicaba Arístides Rosino, portavoz de la Asociación Octubre, en declaraciones al programa Hoy por Hoy Torrelavega, de la Cadena SER.

La instalación, concebida para estar en la calle durante dos días —viernes y sábado—, se completa con una acción artística titulada “Peleados”, a cargo del estudio artístico formado por Majo G. Polanco y Carlos López Terán. Esta performance se centra específicamente en el conflicto de Gaza y se representa en dos sesiones: el viernes a las 20:00 horas y el sábado a las 12:00 del mediodía, también en la Plaza Mayor.

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Además del gran artefacto central, la asociación ha distribuido por distintos puntos de la ciudad varias fotografías de gran tamaño que simulan la destrucción de Torrelavega por un bombardeo, reforzando así el mensaje de cercanía y vulnerabilidad ante los conflictos armados. Esta estrategia pretende provocar el debate y sacar el arte de los espacios convencionales para llevarlo al contacto directo con la ciudadanía.

“El arte no solo debe estar en los museos, también debe salir a la calle para dialogar con la gente”, defendía Rosino, destacando el papel de la cultura como herramienta para cuestionar realidades y movilizar conciencias.

Esta no es la primera vez que la Asociación Cultural Octubre transforma Torrelavega en una galería urbana de reflexión crítica. En años anteriores, sus intervenciones artísticas han abordado temáticas como la violencia machista, la memoria histórica, el drama de los refugiados o la vulneración de derechos sociales. La de esta semana, sin embargo, destaca por el gran formato de su pieza principal y la fuerte carga simbólica que conlleva.

“Desgraciadamente, la realidad nos atrapa y nos obliga a hablar de estas cosas. Como colectivo, no podemos quedarnos callados ante un mundo que se rearma mientras recorta en lo esencial”, añadía el portavoz.

Rosino también advertía sobre el coste del rearme para los ciudadanos: “Nos dicen que la guerra es inevitable, pero cada uno de nosotros va a pagar 500 euros al año en gasto militar. ¿Quién se beneficia de esto?”, se preguntaba.

Tras esta intervención, la Asociación Octubre tomará un descanso veraniego antes de retomar su intensa agenda cultural en otoño, con nuevas propuestas que incluirán conciertos, teatro, presentaciones de libros y más acciones artísticas.