Ryanair suprime las rutas que conectan Santander con Milán, Roma, París y Viena

Cantabria

El aeropuerto Seve Ballesteros de Santander sufre un mazazo de Ryanair, tras la decisión de la aerolínea de suprimir el 38% de las plazas del aeropuerto cántabro.

Una decisión que se considera una guerra contra Aena por parte de la aerolínea irlandesa, por la última subida de las tarifas aeroportuarias. Ryanair ha decidido llevarse un millón de plazas que operaban en España a Italia y Marruecos y dejar a varios aeropuertos españoles sin ninguna operatividad por su parte, como Tenerife Norte o Vigo.

Además reducirá su capacidad en Santander y elimina el 38% de las plazas. El recorte que ha anunciado la compañía de bajo coste se traduce en la supresión de las conexiones del Seve Ballesteros con París Beauvais, Mian Bérgamo, Roma y Viena. La Asociación Amigos de Parayas adelanta que el ajuste contempla, además, la eliminación de una frecuencia con Bruselas Charleroi.

La compañía irlandesa mantiene las conexiones de Santander con Valencia, Málaga, Edimburgo, Dublín, Bruselas, Londres y Marracketch.

Otros aeropuertos

Junto a la reducción del aeropuerto cántabro, la aerolínea bajará su capacidad en otros tres aeródromos regionales, destacando el de Zaragoza, donde el recorte es del 45 % y Asturias, del 16 %, mientras que en Vitoria el recorte será del 2 % en esta temporada de invierno.

En el conjunto del país eso supondrá la pérdida de más de un millón de plazas, que sumadas a las 800.000 eliminadas en la temporada de verano, representa un recorte de un total de 2 millones en el conjunto de 2025.

No obstante, la aerolínea crecerá en otros aeropuertos de mayor tamaño en España, aunque todavía no ha concretado dicho crecimiento y si éste compensará la reducción en los aeropuertos regionales.

El consejero delegado de Ryanair, Eddie Wilson, aseguró durante la rueda de prensa de presentación de la temporada de invierno en la que anunció que los recortes que estas reducciones perjudicarán aún más a los aeropuertos vulnerables y conducirán a "una pérdida de inversión, conectividad, turismo y empleo en la España regional ya que muchas rutas serán económica inviables".